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Bosques subterráneos, el método para regenerar la tierra árida de África

Andrea Núñez-Torrón Stock

África

Desde niño, Tony Rinaudo sintió en lo más hondo de su ser la preocupación por las prácticas agrícolas destructivas, una inquietud que sembró el germen para procurar soluciones a extrema deforestación y desertificación de la región del Sahel. Hablamos de un agrónomo australiano capaz de lograr un método para que las tierras áridas resulten sostenibles por un coste mínimo, regenerando y protegiendo la vegetación local a la vez que ha mejorado la subsistencia y modo de vida de millones de personas.

La técnica de este forest maker pasa por restaurar el paisaje para que deje de ser estéril. Para ello, el método se sirve de los sistemas de raíces existentes, casi siempre intactos y nombrados como “bosque subterráneo”, para cultivar las plantas y árboles adecuados. Solamente en Níger los agricultores han podido restaurar 50.000 kilómetros cuadrados de tierra, enarbolando un importante movimiento campesino que beneficia al comercio local y a la población rural.

En total se ha restaurado cerca de 200 millones de árboles, mientras que han sido beneficiadas dos millones y medio habitantes. menos 22 países africanos ya están utilizando el método.

Drones para reforestar bosques: hasta 100.000 árboles al día

Tras estudiar ciencias agrícolas en la Universidad de Nueva Inglaterra en Armidale y graduarse en Ciencias Rurales, Tony Rinaudo se unió a la organización misionera “Serving in Mission”, y en 1981 se trasladó a Níger con el propósito de ayudar a la plantación de árboles. Al principio solamente el 10% de las plántulas sobrevivían a las condiciones atmosféricas, hasta que allá por el año 1983 el agrónomo experimentó su particular eureka contemplando un arbusto, que en realidad se trataba de un árbol talado, puesto que numerosos campesinos cortaban o quemaban rutinariamente vegetación para la preparación de los cultivos.

Rinaudo se percató de que podían usarse las raíces para reforestar el propio lugar sin necesidad de tecnología ni de estar a merced de las tormentas o de la sequía: un cambio de mentalidad y de modos operandi permitiría acometer la regeneración natural del lugar. Los agricultores locales seleccionan las especias más adecuadas, cultivan los tallos -cortan el resto para mantillo o forraje- y podan dichos tallos hasta la mitad del tronco.

Cabe destacar que el método se puso en marcha como prueba experimental con una decena de agricultores en 1983 mientras que en el contexto de la grave hambruna de 1984, Serving in Mission planteó un programa de alimentos que involucró a 70.000 personas y 12.500 hectáreas de tierras de cultivo. De 1985 a 1999, el proyecto se expadió a nivel local y nacional y hoy en día lo ponen en práctica unos 22 países africanos.

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