La selección artificial de animales domésticos es una actividad que los humanos llevamos realizando miles de años. Se seleccionan los mejores genes para obtener animales más fuertes, más bonitos, o que nos ofrezcan la mejor carne, la mejor leche o los mejores huevos. Con las cabras de Damasco o Shami, ocurre justo lo contrario. Por eso se han convertido en uno de los animales más raros que se crían en cautividad.

Los ganaderos sirios y egipcios seleccionan los ejemplares más feos y peculiares, que después se venden en el mercado de Damasco por cifras exorbitantes. Los animales que vemos en estas fotos alcanzan precios que superan los 65.000 dólares.

La belleza es un concepto bastante subjetivo, pero cuando ves una cabra de Damasco como la que se muestra en este vídeo, empiezas a cuestionarte lo que es hermoso, y lo que es horrible...

El mercado de Damasco es famoso porque allí se pueden comprar todo tipo de animales de granja: vacas, ovejas, gallinas, etc.

Uno de los animales más peculiares es la cabra de Damasco. Tiene muchos nombres nativos: Dasmacene, Shami, Haep, Aleppo, Chami o Baladi.

Estos animales se crían principalmente para obtener carne, leche y cuero.

La característica principal de la cabra de Damasco son sus enormes orejas. De hecho las crías son unos animales adorables:

Cuando crecen, las cabras de Damasco tienen un aspecto bastante convencional, salvo por sus largas orejas.

Pero algunas de ellas desarrollan un gen que aplana su rostro, dotándolo de un aspecto muy peculiar:

Curiosamente, éstas son las más valoradas por los ganaderos de las ferias. Algunos se especializan en seleccionar estos ejemplares y criar con ellos, para mantener el gen que da lugar a estas increíbles estampas:

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Una práctica polémica, que por otro lado suele ser bastante común entre los animales domésticos (en España algunas personas incluso les cortan el rabo a sus perros), es que algunos ganaderos les cortan las orejas a las cabras para dejarlas con este aspecto:

Las cabras de Damasco o Shami más feas y mejor recortadas alcanzan precios impactantes. Algunos ejemplares se pagan a más de 65.000 dólares.

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Una tradición que ha convertido a esta curiosa raza en uno de los animales más raros que se pueden encontrar en una granja.