El cambio climático condena al oso polar a la extinción
Elcambio climáticoy elcalentamiento globalestán teniendoefectosmuy desagradables. Además de la subida del nivel del mar provocada por el deshielo del Polo Norte y Sur, el clima en todo el planeta se hace cada vez más extremo. Por si fuera poco, estos cambios provocados por el hombre conducen a varias especiesanimalesa laextinción. Eloso polares el más claro ejemplo.
Este animal ha visto reducido su hábitat natural al mínimo en las últimas décadas. El cambio climático ha hecho una gran parte de las zonas donde vive eloso polarse haga prácticamente impracticable para esta especie, sobre todo debido a las altas temperaturas y a la falta de presas.
El oso polar es un depredador carnívoro, que se alimenta de otros animales. Si estos, como consecuencia del calentamiento global, emigran, no le queda más remedio que desplazarse él también. Así es como su hábitat ha ido menguando poco a poco hasta lograr que la cantidad deosos polares vivossea de sólo 26.000 en todo el mundo.
Las autoridades federales de Estados Unidos, país en el que reside un importante porcentaje de esos 26.000 ejemplares, ha alertado sobre el peligro inminente deextinciónde lososos polares. De no actuar rápido reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero, a esta especie apenas podrían quedarle unos pocos años de vida en libertad.
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“No se puede pasar por alto que la más importante y simple acción para la recuperación de la especie es reducir significativamente las emisiones, que son la causa primaria del calentamiento del Ártico. La falta de actuación es el principal motivo del derretimiento del hielo en esta zona del planeta” firma el Departamento de Pesca y Vida Salvaje del país norteamericano.
Por si fuera poco, el Ártico es la zona del planeta que más rápido de calienta, dificultando aún más la recuperación de este santuario de la vida salvaje. Greenpeace tiene en marcha una campaña de recogida de firmas online bajo el lema Salvemos el Ártico.
No es la primera especie amenazada sobre la que se da la voz de alarma. El guepardo y la jirafa también lo tienen cada vez más difícil frente a un entorno crecientemente hostil. La primera extinción como consecuencia del cambio climático ya se ha producido.
Aunque los acuerdos alcanzados en la Cumbre de París son medianamente ambiciosos, si no se cumplen resultan papel mojado. De momento son pocos los estados que han iniciado medidas decididas para cumplir las metas marcadas. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, cabe esperar poco movimiento en este sentido.
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Por su parte, España se desmarca cada vez más rápido de otros países europeos. Sin ir más lejos, Portugal y Alemania han logrado autoabastecerse con energías renovables durante períodos de tiempo más o menos dilatados. En nuestro país, las subvenciones a las renovables continúan paralizadas mientras se mantiene el polémico impuesto al sol.
[Fuente: Huffington Post]
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