La capa de ozono no consigue recuperarse en las zonas más habitadas
María Lázaro
Malas noticias: la capa de ozono no se está recuperando según lo previsto. Según un estudio publicado, los avances no están siendo los esperados y es aún difícil volver a niveles de mediados del siglo pasado. Si bien es cierto que las últimas noticias que nos llegaban apuntaban a una importante reducción del agujero de la capa de ozono (de hecho, la realidad es que el agujero de la Antártida ha comenzado a cerrarse), las buenas noticias aún están lejos de lo esperado.
La reducción del agujero de la capa de ozono (situada en la estratrosfera terrestre, y cuya misión es protegernos de la radiación ultravioleta) es una realidad: en la Antártida se ha detectado que el agujero que se había abierto en esta capa ha empezado a cerrarse, y ahora mismo ya se situaría en torno a los niveles de 1988. Y eso es buena señal. Lo malo es que esta recuperación no se está produciendo de manera homogénea, y en las zonas más habitadas del planeta la realidad es que esta capa se está haciendo cada vez más débil.
¿Por qué está ocurriendo esto? Desde luego, la huella de contaminación que el ser humano ha dejado en la Tierra tiene mucho que ver. En base a eso, hay dos explicaciones posibles: la primera explicación señala a que el cambio climático está modificando el patrón de la circulación atmosférica, moviendo el aire de los trópicos más rápido y más lejos en dirección polar, de manera que se forma menos ozono en las latitudes más bajas; la segunda explicación también nos atañe directamente.
Tal y como decíamos, la segunda posible explicación reside en que las sustancias de vida muy corta con cloro y bromo están aumentando y eso podría estar haciendo que alcancen con mayor facilidad la parte inferior de la estratosfera. Estas sustancias serían tanto de origen natural como industrial, y en el caso de las segundas algunas de ellas se utilizan para sustituir los gases clourocarbonos (CFC) -presentes en electrodomésticos como aires acondicionados, por ejemplo-.
De acuerdo con la última investigación publicada sobre el estado de la capa de ozono, mientras que sí se ha producido un retroceso en los polos, resulta que no está ocurriendo lo mismo en las zonas más pobladas... y es algo que se debe a causas desconocidas por el momento. Los autores de la investigación en cuestión forman parte de la Universidad Politécnica ETH de Zúrich (Suiza) y el Observatorio físico-meteorológico de Davos (Suiza).
En esta investigación se ha descubierto que pese a las medidas de prohibición de gases clorofluorocarbonos (CFCs) tomadas en el año 1989, la concentración de ozono en la parte inferior de la estratosfera ha seguido disminuyendo.
Para llevar a cabo este estudio publicado en la revista en la revista European Geosciences Union, Athmospheric Chemistry and Physics se ha utilizado el material tomado por satélites durante las tres últimas décadas, complementándolo con métodos estadísticos avanzados y datos de los centros de Reino Unido, Canadá, Finlandia y la NASA.
Seis evidencias que muestran que el cambio climático es real
"Gracias al Protocolo de Montreal (1987), el ozono ha aumentado significativamente en las capas más altas de la estratosfera y las zonas polares se están recuperando", afirma William Ball, uno de los investigadores del ETH de Zúrich. Sin embargo, las medidas obtenidas muestran que la columna total de ozono en la atmósfera permanece constante, lo que se interpreta como una señal de que los niveles de la capa de ozono en la estratosfera han disminuido.
Con los datos en la mano, los investigadores señalan que esta nueva perspectiva "es preocupante pero no alarmante", puesto que el retroceso observado es "mucho menor" que el existente antes del acuerdo de Montreal. Lo que indica que las medidas tomadas en su momento están teniendo un impacto positivo para frenar la reducción de la capa de ozono. Pero, ¿será suficiente para frenar el cambio climático?
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