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China ya no quiere nuestra basura, y eso es un problema

basura china

Desde los años 80, China se había convertido en el vertedero del mundo. Diferentes países, tanto europeos como pertenecientes al continente americano, han vendido sus residuos al gigante asiático para que fueran tratados allí. Esto se ha hecho así debido a que es más barato exportar los residuos que tratarlos en un mismo país y, por eso, en China había auténticas ciudades-vertedero en las que miles de personas trabajaban separando los residuos para, posteriormente, reciclarlos. Algunos de ellos, de forma ilegal.

Como podéis imaginar, el impacto en el medio ambiente es importante. China es uno de los países más contaminantes del planeta, y buena parte de la culpa la tienen estos residuos, ya que el propio proceso de almacenaje y tratamiento emite unos altos niveles de CO2. Sin embargo, China quiere cambiar eso y, precisamente por eso, el pasado 1 de enero avisó sobre el cese de compra de algunos residuos. Esto se materializó el pasado mes de marzo, cuando China dejó de comprar basura, en concreto 32 de los elementos que los países más exportaban para su tratamiento.

Entre estos residuos se encuentran algunos tipos de papel, residuos electrónicos y PET, con lo que se fabrican casi todas las botellas que podemos tener en casa. Es decir, se trata de los principales grupos de deshecho que, ahora, no pueden ir a China. Países como España, Alemania, Reino Unido o Estados Unidos ya están empezando a sufrir las consecuencias. Y es que, hay demasiada basura. Esto ha provocado que algunos vertederos empiecen a desbordarse, pero también que se busquen algunas vías alternativas.

Y es que, para que os hagáis una idea de lo que ha supuesto para China, y para el resto de países, este acuerdo durante más de 30 años, a finales de los 80, China importaba 4,5 millones de toneladas de basura, estando la cifra actual en unos 45 millones de toneladas. Esto es algo que ha explicado Zhang Ming, Jefe de la Misión de República Popular China en la Unión Europea en un reciente comunicado en el que, además, afirma que la decisión delGobierno chino de dejar de importar basura ha sido algo alabado por el pueblo.

''Es poco aconsejable que los exportadores de basura se quejen mucho y le pidan mucho a los demás, como niños mimados que prestan poca atención a los intereses de los demás'', afirmó Ming en dicho comunicado como un toque de atención a algunos países que ya han levantado la voz en este aspecto. Estados Unidos está en contra de este veto de China.

En 2020 comenzará a funcionar esta gran planta de reciclado en China

Robin Wiener es el presidente del Institute of Scrap Recycling, ISRI, y se ha mostrado bastante crítico con la decisión del Gobierno chino. Wiener ha asegurado que la prohibición ''interrumpe el flujo de productos de chatarra valiosos, que necesitan los fabricantes chinos. El resultado no es solo el potencial de estos materiales reciclables en los Estados Unidos, sino que los fabricantes chinos utilizarán materiales vírgenes que gastan más energía en su proceso de producción, en lugar de utilizar chatarra en un proceso más beneficioso para el medio ambiente''.

Desde Estados Unidos han pedido a China que detengan este plan de inmediato, ya que los efectos podrían ser contrarios a los pretendidos, pero parece que desde Beijing no están por la labor. Desde que la prohibición de importar basura comenzó, la importación de plásticos, papel y metal se redujo en un 54%, lo que obliga a los países que más exportamos basura a buscar otros socios. Y parece que ya los hemos encontrado en el sudeste asiático, siendo Tailandia e India los principales candidatos.

Solo el tiempo, y los estudios medioambientales, dirán si China tenía razón sobre la disminución del CO2 debido al tratamiento de basura, o si solo se trata de un pulso ahora que se está convirtiendo en todo un gigante. En todos los sentidos.

[Fuente: Cnbc; Xinhuanet; Imagen principal: Flickr, Jason Montrasio]

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