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Los científicos crean un mineral que absorbe la contaminación

Contaminación

La magnesita es un mineral que lleva siglos capturando y almacenando el dióxido de carbono el gas causante del efecto invernadero que tanto amenaza la conservación de planeta Tierra. Los científicos han descubierto una manera de acelerar el proceso gracias a lo cual se podrían capturar mayores cantidades del CO2.

Nuestro planeta almacena de manera natural este gas en los minerales de carbono como la piedra caliza limpiando así el aire y la atmósfera, gracias a un proceso geológico que puede durar miles de años. Sin embargo, la Tierra no da abasto para capturar las grandes cantidades de dióxido de carbono que estamos emitiendo los seres humanos. 

Un grupo de científicos de la Universidad de Trent en Canadá presentó a mediados de este mes de agosto un proceso químico por el que podrían producir en grandes cantidades la magnesita reduciendo el periodo de formación del mineral en unos meses, lo que podría suponer un resquicio de esperanza para contrarrestar el daño causado al planeta. Una tonelada métrica de magnesita puede contener aproximada mente la mitad de una tonelada métrica del gas

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Durante la conferencia de geoquímica Goldschmidt celebrada en Boston, el equipo de Ian Power explicó las distintas técnicas que habían conseguido desarrollar para aumentar la capacidad del almacenamiento de CO2. La primera técnica posible consiste en bombardear el gas en las profundidades de la Tierra donde las altas temperaturas y presiones puede acelerar la reacción entre el gas y el manto superior de la Tierra cuyo componente principal es el olivino rico en magnesio. Esta primera hipótesis presenta algunas incógnitas que pueden frenar el éxito de la idea, como dónde se realizaría ese bombeo de gas o el coste del proceso. 

La segunda opción sería fabricar el mineral en laboratorios a una temperatura ambiente. La Tierra produce magnesita en su superficie como la cuencas áridas de las playas en el norte de la Columbia Británica. Los científicos determinaron que el agua subterránea que circula entre las rocas de olivino de esa región se carga de iones de magnesio y carbono que al final reaccionan formando magnesita. 

Este mismo proceso se podría realizar en un laboratorio en un periodo de tan solo 70 días con altas temperaturas, pero el gasto de energía supone un obstáculo además de que la cantidad fabricada por el equipo aún es muy pequeña. 

Si consiguen superar todos estos obstáculos y adaptar el proceso a un modelo de fabricación a gran escala el descubrimiento de este equipo de científicos podría suponer un punto importante de inflexión en el cambio climático, aunque hasta que ese momento llegue sigue siendo imprescindible y urgente la implicación de la sociedad, pero sobre todo de los gobiernos, en la reducción considerable de las emisiones de CO2

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