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La clave para salvar la Antártida sería bombardear los glaciares con nieve

antártida, hielo

Hay varios problemas medioambientales en la actualidad a los que debemos empezar a poner remedio si no queremos un colapso en unos años. Uno de ellos es consecuencia del ''calentamiento global'': los polos se derriten. Ahora, un grupo de científicos ha propuesto bombardear la Antártida con nieve para paliar el problema.

Y no, no es la solución. Actualmente, estamos en una situación límite. Cada vez hay más dióxido de carbono debido a las emisiones de prácticamente todo (granjas, vehículos, grandes ciudades con industria y contaminación, mayor necesidades energéticas, etc), y eso hace que aumente la temperatura de la Tierra y que corrientes de agua caliente se infiltren tras las capas más frías de los polos.

La Antártida es el epicentro de este problema, ya que es la zona que más está sufriendo las consecuencias del calentamiento global. Las placas de hielo que protegen la tierra interior se están derritiendo y desbordando, y eso provoca que cada vez se hunda más en el mar y aumente el nivel del mismo.

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De hecho, en un os años podríamos pasar a tener tres metros más de altura del mar, lo suficiente para acabar con la mayoría de zonas costeras del planeta. Es un problema que hay que abordar de inmediato, y bombardear la Antártida con nieve falsa solo demuestra que, actualmente, los científicos no tienen ni idea de qué hacer y buscan medidas desesperadas.

Para que el plan funcione, como se ha expuesto en Science Advances, sería necesario añadir 10 metros de hielo al año en 10 años, lo que necesitaría una fuerza de 7.400 gigatones. Son toneladas, y toneladas, de hielo, y esto tendría un coste bestial.

No hablamos de dinero, sino de la ingeniería, ya que los responsables tendrían que bombear agua del mar a unos 700 metros de altura para que esta se congele y caiga sobre las zonas más castigadas de la Antártida y, así, ''apuntalar'' los glaciares.

Se crearía un hielo más denso, pero sería solo un parche ante un problema que habrá que afrontar tarde o temprano ya que, en algún punto esa nieve también se derretirá y tendríamos que volver a empezar, bombardeando la Antártida continuamente con un gasto de electricidad inmenso que, claro, también generaría una gran cantidad de CO2.

Los responsables del proyecto ya afirman que solo es una idea y que hay muchas cosas que podrían fallar, y solo demuestra lo comentado anteriormente: el futuro, precisamente, no pinta demasiado bien.

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