Logo Computerhoy.com

Cómo dormir fresco en verano sin aire acondicionado

dormir

Ha tardado en llegar, pero el calor sofocante ya está entre nosotros. Después de una primavera tan fría y lluviosa todos estábamos esperando la llegada del verano con muchas ganas. Aunque es una de las estaciones más deseadas, también tiene sus inconvenientes, y uno de los más incómodos es que no hay manera de dormir fresco.

La temperatura es un factor muy importante que condiciona nuestro descanso. Tanto si es demasiado baja como demasiado alta interfiere en nuestro sueño, haciendo que no seamos capaces de pegar ojo. La temperatura ideal de la habitación en la que duermes debe estar entre los 15 y los 22 grados, y si es más alta tendrás problemas para conciliar el sueño.

Dormir bien en verano es una tarea difícil, porque cuando el calor pasa de los 26 grados el organismo activa la sudoración, por lo que te sentirás incómodo y te costará más dormirte. Además, los vasos sanguíneos se dilatan para favorecer la circulación de la sangre y bajar la temperatura corporal, y el cerebro pasa a un estado de alerta que te dificulta coger el sueño.

Si quieres descansar bien cuando hace calor sin tener que recurrir al aire acondicionado o al ventilador, toma nota de estos trucos y consejos para dormir fresco en verano:

  • Mantén las persianas y las cortinas de tu habitación cerradas durante el día. La oscuridad favorece que tu cuarto esté más fresco, por lo que lo encontrarás a una temperatura más agradable que si está expuesto a la luz solar.
  • Usa sábanas blancas o de colores claros. Al igual que la ropa, los tonos claros reflejan la luz y se mantienen más frescos que los oscuros.
  • Ventila bien tu habitación. Permite que entre el aire en tu cuarto abriendo la puerta y las ventanas. 
  • Usa tejidos de algodón transpirables. Elige este tipo de tela para la ropa de cama y el pijama, ya que te permitirán dormir más fresco.
  • Apaga las luces y desconecta los aparatos electrónicos. La luz y los dispositivos en funcionamiento dan calor, así que manténlos apagados. 

Refresca tu habitación con un aire acondicionado portátil

  • Enfría la cama. Puedes usar una botella de agua de la nevera o congelada para refrescar tu cama.
  • Toma cenas ligeras. Cuando estamos haciendo la digestión nuestra temperatura corporal sube, así que toma cenas ligeras para que tu estómago tenga que trabajar lo menos posible.
  • Date una ducha fresca antes de irte a la cama. Eso sí, evita que el agua esté demasiado fría porque de lo contrario tu organismo subirá la temperatura para compensar y tendrás calor.
  • Intenta mantener cuello, muñecas, codos y tobillos frescos. Si mantienes fríos los puntos de pulso de tu cuerpo, tendrás menos calor. Refresca estas zonas durante la noche y dormirás más fresco.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.