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Cómo lavar el edredón nórdico en casa

Edredón nórdico

El verano se aproxima y seguro que ya has empezado a pensar en cambiar la ropa de cama de invierno por otra más fresca. Lo más recomendable es guardarla otra vez en el armario limpia, por lo que vamos a explicarte cómo lavar el edredón nórdico en casa.

A lo mejor no lo sabes, pero tu cama está mucho más sucia de lo que crees. Y es que reúne las condiciones perfectas para que ácaros, bacterias y hongos: nuestro sudor hace que esté húmeda, mantiene una temperatura caliente y quedan restos de piel muerta de los que pueden alimentarse los microbios.

Por este motivo, lavar la ropa de cama con frecuencia es importante para mantenerla limpia y libre de gérmenes. Es recomendable lavar las sábanas con agua caliente al menos una vez a la semana, y también las almohadas y el edredón al menos dos veces al año.

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Por tanto, lo mejor es que laves el edredón antes de guardarlo en el armario, así permanecerá limpio y libre de microorganismos, suciedad y olores hasta que lo vuelvas a poner el próximo invierno. Antes de comenzar, lo primero que tienes que hacer es leer con atención la etiqueta para saber las recomendaciones de lavado del fabricante, donde indicará si es posible meterlo en la lavadora, la temperatura del agua o si se puede meter en la secadora, entre otra información útil. Si necesitas ayuda, aquí puedes ver lo que significan los símbolos de lavado

En caso de que tu edredón nórdico se pueda lavar en la lavadora, asegúrate de que cabe en el tambor con holgura. De lo contrario, lo mejor es que lo laves a mano en la bañera o en otro recipiente de grandes dimensiones, ya que si no no quedará bien limpio y puedes dañarlo. 

A la hora de lavar tu edredón nórdico en la lavadora, utiliza un detergente neutro y suave para prendas delicadas, y evita el suavizante: no es necesario y podría dañar la prenda. La temperatura del agua no debe exceder la indicada por el fabricante y el programa de lavado ha de ser para prendas delicadas, con una baja velocidad de centrifugado.

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Tras el lavado, puedes meterlo en la secadora si el fabricante lo recomienda, o si no dejarlo secar en un lugar bien ventilado donde no le dé el sol directamente, ya que de lo contrario pueden quedar manchas amarillas.

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