Un tornado es una columna de aire cuyo extremo toca el suelo, mientras que el otro toca una nube. Más concretamente, una nube cumulonimbus. Son inconfundibles.

La mayoría de los tornados miden unas docenas de metros de ancho, y en su interior hay vientos que alcanzan los 180 Km/h. Pero se han registrado tornados con una anchura de dos kilómetros, y vientos de hasta 450 Km/h. ¿El consuelo? Que no suelen durar mucho, pocos superan la hora hasta que se agotan.

Quizá te lo has preguntado alguna vez: ¿Cómo se forma un tornado? Aquí puedes verlo en vivo y en directo, y es espectacular:

El vídeo es corto porque, como vemos, a la izquierda de la persona que está grabando el tornado comienza a crearse, y no le queda más remedio que salir corriendo.

Pero podemos ver claramente cómo un "hilillo" de la nube comienza a retorcerse sobre sí mismo y a estirarse. De pronto toca el suelo, y el tornado comienza a crecer rápidamente.

No es una explicación muy científica, así que vamos a darle un poco más de profundidad al tema.

En National Geographic explican que un tornado se crea porque dos corrientes de aire, una fría y otra caliente convergen en horizontal.

Las leyes de la Naturaleza dicen que el aire caliente asciende y el frío baja, así que cuando ambas corrientes intentan hacer justo eso, se forma un embudo que da lugar al tornado.

Este desplazamiento genera un efecto de aspiración, por eso los tornados levantan por los aires árboles, coches e incluso casas.

Los tornados se han visto en todo el mundo, menos en la Artártida. Son más comunes en Estados Unidos y el continente americano, porque allí está situado el Callejón y el Pasillo de los Tornados, zonas con condiciones perfectas para que aparezcan.

La fuerza de un tornado se mide por la escala Fujita mejorada. Un tornado F0 o EF0 es el más débil. El más desvastador es el tornado F5, que es capaz de arrancar edificios y deformar rascacielos.