Uno de los aspectos más complicados a la hora de hervir un huevo es saber cuándo están cocidos. Da igual la experiencia que tengas, siempre resulta algo complicado de reconocer. 

Sin embargo, hay varias maneras de asegurarse de que el huevo duro salga perfecto. Pues bien, la mejor manera de saber si un huevo está cocido y duro es ponerlo en la encimera y darle una vuelta rápida. Si gira sin problema alguno, el huevo está cocido y el líquido que queda dentro de la cáscara es mínimo.

Sin embargo, si se nota un bamboleo cuando el huevo empieza a girar, esto se debe a que todavía hay algo de líquido en su interior. Vuelve a poner el huevo a hervir durante 1 minuto más y comprueba de nuevo.

Otra prueba bastante extendida es la de agitarlo. Si el huevo se siente como sólido está listo, por el contrario, si notas algo de líquido en su interior, es mejor que repitas otra vez el proceso.

Un truco que seguro que pocos conocéis es el uso de la luz a nuestro favor. La fina cáscara del huevo debe permitir que pase algo de luz a través de ella. Si aún no está cocido, la yema será visible. Cuando un huevo cocido tiene la clara sólida y el centro la luz no podrá pasar a través de él y se podrá ver la diferencia entre un huevo crudo y un huevo duro.

Ahora bien, muchos profesionales de la cocina lo que emplean para estos casos es un termómetro y así comprueban el punto de cocción. Si tomamos la temperatura y comprobamos que está a uno 70º, esto quiere decir que lo tenemos completamente cocido y perfecto para sacarlo del agua hirviendo.

Lo único que aquí hay que tener en cuenta es de no tomar la temperatura nada más salga del agua. Es mejor dejarlo reposar un minuto y comprobarlo.