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Convertir plástico en diamantes, la última aplicación científica de los rayos x

Diamante

Si bien los alquimistas querían convertir el plomo en oro, los científicos de nuestra época han querido ir un paso más allá: convertir el plástico en diamantes. Así lo están intentando.

Mediante el uso de láseres de alta potencia, un equipo de científicos ha aplicado a muestras PET, el material habitual de las botellas de plástico, un calor y una presión tan intensos como para formar pequeños diamantes. Aunque no siempre es necesario usar calor.

Aquí, en la Tierra, los diamantes son apreciados por su rareza, pero en otros planetas pueden ser tan comunes como las rocas. En gigantes de hielo como Urano y Neptuno, se cree que la presión extrema comprime tanto el hidrógeno y el carbono que es habitual la lluvia de diamantes.

Este fenómeno no se ha detectado directamente, pero en 2017 un equipo de científicos informó de que había recreado el proceso en el laboratorio. Y para este experimento no se usó un microondas.

Diamantes en plásticos

Lo hicieron disparando el láser de rayos X más potente del mundo, el Linac Coherent Light Source (LCLS), a muestras de materiales de hidrocarburos.

Esto los calentó instantáneamente a temperaturas de hasta 6.000 °C y generó potentes ondas de choque de unos cuantos millones de atmósferas de presión, formando diminutos "nanodiamantes".

Aunque los experimentos demostraron que era técnicamente posible, el equipo afirma que los materiales originales de hidrocarburo, como el poliestireno, no simulaban con exactitud los elementos presentes en el interior de estos gigantes de hielo.

Por este motivo eligieron el PET, un tipo de plástico utilizado habitualmente en los envases de alimentos y bebidas, que presenta un buen equilibrio entre carbono, hidrógeno y oxígeno.

Descubren billones de toneladas de diamantes en el interior de la Tierra

El equipo repitió el experimento, aplicando el LCLS a muestras de película fina de PET y utilizando después dos técnicas de imagen diferentes para comprobar no solo si se formaban nanodiamantes, sino la rapidez y el tamaño con que crecían.

Y, efectivamente, detectaron densidades de diamante de hasta 3,87 gramos por centímetro cúbico. Este estudio no solo da peso a la hipótesis de la lluvia de diamantes en los planetas gigantes de hielo.

Si no que el equipo dice que también demuestra una nueva técnica potencial de fabricación de estos diminutos diamantes, los cuales se suelen usar en: abrasivos industriales, agentes de pulido y futuros sensores cuánticos.

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