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Así se convierten las cenizas de un familiar o una mascota, en un diamante azul

La moda de convertir las cenizas de un familiar o una mascota, en un diamante azul
Algordanza

Aunque enterrar a las personas fallecidas sigue siendo una tradición en muchos lugares, cada vez más gente opta por la cremación. Las cenizas se guardan en una urna o se tiran al mar, una práctica que se está prohibiendo en algunos lugares. Por eso se está poniendo de moda otra opción: convertir las cenizas de una persona fallecida, o una mascota, en un diamante azul. 

Ya existen técnicas para transformar el carbono de las cenizas o el cabello en grafito, y después en un diamante, manteniendo la pureza del material original en un 99.9%. En otras palabras, ese diamante es realmente el carbono y el boro (que es el que da la tonalidad azul) proveniente de las cenizas de la persona fallecida.

Existen varias empresas que llevan a cabo este proceso. La más conocida es la suiza Algordanza, que tiene filial en 33 países, incluido España. Transforma cenizas y cabellos de una o varias personas en diamantes cortados o sin cortar, ofreciendo diferentes tipos de corte.

La moda de convertir las cenizas de un familiar o una mascota, en un diamante azul
Algordanza

¿Cómo se convierte unas cenizas, o cabello, en un diamante verdadero?

En primer lugar se necesita alrededor de medio kilo de material, para crear un único diamante. Mediante un proceso químico se eliminan las sales y otros contaminantes de las cenizas o el cabello, obteniéndose carbono puro y boro. Estos materiales no se pueden separar porque tienen un peso y propiedades muy similares. La cantidad de boro obtenida es la que hará que el diamante tenga desde un color blanco, a un azul intenso. Depende de cada persona.

Según explica Algordanza a Science Alert, utilizando hierro y cobalto para eliminar contaminantes la pureza del carbono obtenido es del 99,9%.

Un último proceso químico convierte el carbono en grafito, que es el material que se convertirá en diamante.

El grafito se somete a una temperatura de 1.370 grados centígrados y a una presión de 394.625 Kilos por pulgada durante seis u ocho semanas, según el tamaño del diamante. 

Al terminar el proceso, las cenizas del familiar fallecido o la mascota se han transformado en un diamante azul sin cortar. Algordanza ofrece diferentes cortes y pulidos.

¿Qué ha sido del grafeno? Promesas que nunca llegaron

Como es fácil imaginar, el precio de todo este proceso no es barato, pero como hemos visto no es una operación sencilla. Un diamante de 0.20 kilates sin cortar cuesta 3.900 euros mas IVA. Con corte sube a 5.400 euros, y según el tamaño puede alcanzar los 32.000 euros (2 Kilates).

También existe la posibilidad de tallar una inscripción con láser, y obtener un Certificado Gemológico Suizo.

Aunque no está al alcance de todo el mundo, es un negocio en alza. Según Business Insider, en 2016 Algordanza fabricó más de mil diamantes de este tipo, y seguro que la cifra ha aumentado en los últimos dos años.

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