Según una investigación conjunta del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y una decena de universidades de todo el mundo, en el interior de la Tierra hay 10.000 billones de toneladas de diamantes. No, no hemos equivocado con la traducción del billón inglés. Los datos hablan de 10 elevado a 16 toneladas de diamantes, es decir 10.000 billones de toneladas.

Si una pequeña variación en el precio del oro o el petróleo, o la irrupción de las criptomonedas, puede hacer tambalear la economía mundial, no hace falta imaginar lo que ocurriría si esos diamantes estuvieran a nuestro alcance.

Por suerte o por desgracia, no lo están. Estas piedras preciosas están enterradas en las raíces de los cratones, las masas continentales situadas entre la corteza y el manto, en la litosfera, a entre 150 y 300 kilómetros de profundidad.

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¿Cómo han deducido los geólogos del MIT que en el interior de la Tierra hay 10.000 billones de toneladas de diamantes?

Han utilizando las ondas de sonido que los sismógrafos captan continuamente del interior de la Tierra. Los sismógrafos capturan el sonido que proviene de terremotos, tsunamis, explosiones, y otros fenómenos sonoros del interior de la Tierra.

El sonido cambia de velocidad en función del tipo de roca que atraviesa. Se sabe que los cratones son rocas menos densas que el resto de materiales del manto de la Tierra, pero los científicos habían detectado que las ondas de sonido circulan el doble de rápido en los cratones, de lo que deberían.

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Utilizando simulaciones informáticas, han creado rocas virtuales combinando todo tipo de rocas y materiales que hay en el interior de la Tierra, hasta encontrar una composición de las raíces de cratón que encaje con la velocidad de las ondas de sonido capturadas por los sismógrafos. Tras multitud de pruebas, han concluido que la combinación más factible es que las raices de los cratones tengan entre el 1 y el 2% de diamantes, que dejan pasar el sonido más rápido que la roca estándar del cratón. Teniendo en cuenta el tamaño y densidad de los cratones que hay en el mundo, ese 1 o 2 % equivaldría a 10.000 billones de toneladas de diamantes.

Esta teoría es compatible con el origen de los diamantes, que se crean en el interior de la Tierra, a grandes temperaturas y presión, y salen al exterior a través de erupciones volcánicas, por conductos de roca que conectan directamente con el cratón.

Con la tecnología actual es imposible llegar hasta esos diamantes, enterrados a entre 150 y 300 kilómetros de profundidad. La profundidad máxima a la que ha llegado el ser humano ha sido 12 kilómetros, a través del Pozo Superprofundo de Kola, en Rusia, y las temperaturas ya alcanzaban los 180 grados.