Las pulgas y las garrapatas conviven con nosotros desde hace miles de años. Son parásitos que prefieren los animales que tienen pelo, porque les sirve de protección y cobijo.

Se asocian tan a menudo que es muy común que la gente las confunda. Pero son animales muy diferentes, que actúan de diferente forma y producen diferentes efectos en nuestro cuerpo, o en el de nuestras mascotas.

Para empezar, las pulgas son insectos sin alas, de 6 patas, que avanzan mediante grandes saltos. En cambio las garrapatas son arácnidos, tienen 8 patas, y no saltan. Estos primeros datos ya pueden servir para diferenciarlos.

Según explica la web de animales Thepetshopboys, las pulgas pueden vivir hasta un año. En cambio las garrapatas aguantan hasta los 3 años.

Una diferencia muy importante es que las pulgas necesitan un ambiente cálido. Al contrario, las garrapatas viven en ambientes fríos. Es una pista básica para saber si lo que tienes enganchado en el cuerpo es una cosa u otra.

Su comportamiento también es muy diferente. Las pulgas pasan toda su vida en un único huésped, y solo se alimentan de él en la edad adulta. En cambio las garrapatas no necesitan huésped para vivir, y cuando encuentran uno pueden alimentarse de él en todo su ciclo de vida.

La pulga pone los huevos en el huésped, pero la garrapata lo hace fuera él. Ambas ponen miles de huevos antes de morir.

Finalmente, las enfermedades que transmiten a los humanos son diferentes. Las pulgas pueden trasmitir enfermedades serias, como el tifus o la peste. Pero esto es muy raro en España, porque aquí son enfermedades erradicadas. Más normal es que produzcan algún tipo de dermatitis alérgica.

En el caso de las garrapatas, contagian la enfermedad de Lyme, así como varios tipos de fiebres.

Si tienes la mala suerte de que te pique una, en esta noticia explicamos cómo quitar una garrapata.