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El Efecto camaleón, o por qué miramos el móvil cuando lo hacen otros

Andrea Núñez-Torrón Stock

personas moviles
Depositphotos
Cuando una persona mira su teléfono móvil, alrededor de la mitad de las personas cercanas comenzarán a revisar sus teléfonos en 30 segundos. Se trata del efecto camaleón, y nos afecta negativamente, según un estudio de la Universidad de Pisa.

El efecto camaleón es la forma en la que la ciencia denomina a los gestos rápidos y automáticos que las personas realizan para imitarse entre sí sin darse cuenta, un mecanismo para mimetizarse que evolucionó con la especie humana para ayudar a sus miembros a vincularse. Ahora, dicho fenómeno, paradójicamente, nos separa. Y es que cuando en una cena con amigos miras el móvil, lo más probable es que en menos de medio minuto, la mitad de las personas de la mesa estén haciendo lo mismo. 

“Tenemos la necesidad de seguir las normas que nos imponen las personas que nos rodean, de homologar nuestras acciones con las de ellos de esta manera automática”, dice Elisabetta Palagi de la Universidad de Pisa, advirtiendo que los terminales inteligentes pueden aumentar el aislamiento social a través de la interferencia y la interrupción de las actividades en curso de la vida real. Dicho de otro modo, pueden acrecentar la soledad y además, avivar la brecha digital. Así, las personas sin smartphone también se sentirán especialmente aisladas.

Una investigación realizada mano a mano con su alumna Veronica Maglieri y publicada en la revista Journal of Ethology demuestra que el efecto camaleón en humanos -estudiado por Palagi y que incluye expresiones faciales, movimientos de manos, temblores de pies, bostezos y patrones de habla- también afecta al uso de la tecnología. Cuando alguien atiende a la pantalla de su smartphone, otras personas también levantan sus teléfonos. 

En el estudio observacional se observó a 88 mujeres y 96 hombres en 820 situaciones diferentes en entornos naturales como parques, restaurantes, transporte público, salas de espera y cenas para comprobar cuántos decidieron consultar sus teléfonos después de que una persona cercana hiciese lo mismo. Estos individuos "disparadores" presionaron botones o deslizaron sus pantallas durante cinco segundos, con o sin mirar la pantalla iluminada.

Descubrieron que el 50% de las personas miraba su teléfono 30 segundos después de que la persona consultase el teléfono, pero solo el 0,5% lo hizo cuando el de al lado pulsó el botón sin mirarlo. "Es prestar atención al teléfono lo que desencadena el mimetismo", apostilla Palagi. Además de rápida, la imitación es automática y subconsciente. 

Un dato curioso es que las tasas de respuesta fueron las mismas en todos los grupos, independientemente de la edad, el sexo o la relación con el desencadenante. Los propios investigadores eran generalmente los desencadenantes, y las personas que observaban eran extraños, conocidos o amigos y familiares, en grupos equilibrados. Ninguno de los sujetos sabía que se estaba observando su comportamiento.

“La mayoría de las personas se infectan con el comportamiento de los teléfonos móviles de otras personas, sin siquiera darse cuenta”, dice Palagi. Y tú, ¿crees que haces lo mismo?

Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.

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