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Encuentran partículas magnéticas de contaminación en cerebros humanos

Inés Pérez

Partículas de contaminación acumuladas en el cerebro

Un nuevo estudio de la Universidad de Lancaster informa sobre la aparición de nanopartículas tóxicas de la contaminación del aire incrustadas en el tejido cerebral de las personas por primera vez.

Más importante, la investigación ha ligado tentativamente estas partículas a un mayor riesgo de sufrir Alzheimer.

Las partículas ya eran conocidas por estar presentes en nuestro cerebro, pero los investigadores habían asumido que nuestros cuerpos las producían de forma natural. Ahora un pequeño estudio ha encontrado que son el resultado directo del aire contaminado.

Barbara Maher de la Universidad de Lancaster, y su equipo, examinaron el tejido cerebral de 37 personas en Manchester, Inglaterra, y Ciudad de México, de edades comprendidas entre los 3 años y 92. Cada uno de ellos contenía partículas de un tipo de óxido de hierro llamado magnetita en abundancia.

"Estamos hablando de millones de partículas de magnetita por gramo de tejido cerebral liofilizado, es extraordinario", dijo Maher a The Guardian.

El siguiente paso consistió en averiguar de dónde provenían estas partículas.

Cuando el equipo analizó las partículas en las regiones frontales del cerebro de seis de los voluntarios, se encontraron dos tipos de magnetita en el tejido: partículas esféricas de magnetita y cristales de magnetita angulares, y las redondas superaban considerablemente a los cristales en alrededor de 100 a uno.

Según los investigadores, las formas cristalinas son más propensas a tener una fuente natural, tales como el hierro proveniente de las células del cuerpo, pero las partículas redondas normalmente proceden de hierro a altas temperaturas, lo que sucede cuando se quema combustible.

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Hay que notar que hasta ahora la evidencia es circunstancial, y la única manera de probar realmente que estas partículas se obtienen de la contaminación del aire es rastreando su camino desde la atmósfera hacia el tejido cerebral.

Pero Maher dice que también encontraron partículas de metales como el platino que muy rara vez se encuentran naturalmente en el cuerpo, pero se encuentran en muchos motores de los automóviles.

Otra limitación importante aquí es que el tamaño de la muestra es muy pequeña, y si bien el resultado de abundantes partículas de magnetita redondas se encontró en el 100% de los participantes, es demasiado pronto para extrapolar su significado para la población en general.

Pero si estudios más amplios consiguen encontrar resultados similares en un grupo de participantes más grande y diverso, ¿cuáles serían las implicaciones?

"La magnetita en el cerebro no es algo que deseas tener, porque es particularmente tóxico allí", dijo Maher a The Guardian, añadiendo que pueden producir moléculas de oxígeno reactivas llamadas radicales libres, los cuales han sido relacionados con el envejecimiento y la enfermedad neurológica. "El daño celular oxidativo es uno de los rasgos característicos de la enfermedad de Alzheimer, y esta es la razón por la que la presencia de magnetita es tan potencialmente significativa," dijo.

Investigaciones anteriores con células cultivadas en el laboratorio han descubierto que el óxido de hierro puede estar presente en las placas amiloides que se han relacionado con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, y un estudio de principios de año también vinculó la presencia de magnetita a daños en el cerebros de pacientes de Alzheimer.

La investigación todavía está en las primeras etapas, pero incluso si la evidencia de Alzheimer aún no se ha confirmado, lo que sí sabemos es que la contaminación del aire es realmente mala para todos nosotros.

De acuerdo con un estudio de 2015, la contaminación del aire es probable que contribuye a la muerte prematura de unos 3,3 millones de personas en todo el mundo cada año, y esa cifra podría duplicarse para el año 2050.

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Etiquetas: Salud