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Estos son los proyectos de crowdfunding que terminaron en fracaso estrepitoso

Andrea Núñez-Torrón Stock

Crowdfunding

El crowdfunding se revela como la fórmula más idónea del siglo XXI para hacer realidad proyectos disruptivos de toda índole: desde educativos a tecnológicos. Sin embargo, no todas las campañas de micromecenazgo online en plataformas como Kickstarter, Verkami o Indiegogo acaban bien, sino que por esta vía, además de estrepitosos disparates, también se han acuñado fracasos de proporciones colosales y fraudes online.

A continuación recopilamos algunos de los fracasos del crowdfunding más grandes de la historia, aquellos que desaparecieron de golpe y porrazo de sus respectivas plataformas, generaron el caos en Internet o se destaparon como sonadas estafas para meter la mano en la billetera de sus patrocinadores.

iBackPack

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En Indiegogo iBackPack se comercializaba como una mochila urbana que podía almacenar, cargar y ayudar a proporcionar puntos de acceso para tu iPhone al irte de viaje. Además, permitía estar conectado en cualquier lugar al incorporar un módulo WiFi que puede conectarse a cualquier red 3G o 4G.

El furor que desató logró que se recaudase más de 720.000 dólares solo en 2015, pero después iBackPack desapareció, los vídeos de YouTube fueron eliminados y la comunicación cesó casi por completo. La empresa que está detrás del proyecto afirma que la mochila se encontró con problemas para encontrar baterías de carga seguras, y el proyecto jamás vio la luz.

CST-01

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El CST-01 llegó a Kickstarter como uno de los proyectos estrella del 2013, promocionándose como el reloj más fino del mundo con 0.80 mm de grosor, pantalla de tinta electrónica  y elegante cuerpo de acero inoxidable.

De este modo el proyecto recaudó más de un millón de dólares procedentes de 7.600 patrocinadores. El tiempo pasó y en 2015 nadie había recibido su gadget, ya que todo ese dinero no permitía crear un reloj de tamañas prestaciones. Sus creadores, Central Standard Time, tuvieron que explicar que buscaron 1.2 millones de dólares más por otras fuentes.

Skarp Laser

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La afeitadora láser Skarp supuestamente iba a revolucionar el sistema convencional de afeitado mediante el uso de un láser para eliminar el vello. Aparentemente, el cabello humano contiene un cromóforo (una partícula que puede absorber ciertas longitudes de onda de luz) que permite que los folículos se corten cuando se incide con una longitud de onda determinada.

Así, la compañía Skarp Technologies, afirmó tener un prototipo funcional. Sin embargo, el vídeo en la página del proyecto generó controversias y muchos expertos afirmaron que la tecnología de Skarp podría cortar algunos pelos, pero no sería tan efectiva como una navaja de afeitar común. 

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Kickstarter finalmente intervino después de que más de 20.000 patrocinadores recaudaron más de 4 millones de dólares en fondos.

Un correo electrónico enviado a los patrocinadores informó de que la empresa no tenía un prototipo en funcionamiento, por lo que la compañía incumplió la regla que exige el trabajo de prototipos de productos físicos que se ofrecen como recompensas. Poco después, el proyecto se trasladó rápidamente a IndieGoGo, donde recaudó casi 500.000 dólares. Habrá que ver si finalmente el producto sale adelante o, por el contrario, acaba engrosando la lista de fracasos del crowdfunding.

Jenny Cataldo

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Una de las historias de cáncer de crowdfunding más infames y de trasfondo cruel viene de Alabama, donde Jennifer Flynn Cataldo, de 37 años, creó una campaña en la plataforma GoFundMe para ayudar a pagar las facturas médicas asociadas con su hipotético cáncer. Recibió donaciones de más de 38.000 dólares antes de ser rápidamente condenada por fraude. Sus activos ahora están siendo aprovechados para devolver el dinero a los donantes.

En España un caso sonado de estafa fue el de Paco Sanz, uno de los múltiples ejemplos de las estafas médicas que se aprovechan del potencial del multimecenazgo y de la buena fe de la gente.

ZANO

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Una de las razones más comunes por las que los proyectos de crowdfunding fracasan es la falta de planificación. El aparato que saleen la foto se trata de ZANO, un pequeño dron parcialmente autónomo y capaz de hacer fotos, vídeos en HD y ser controlado desde el smartphone. Tras conseguir 2,3 millones de libras gracias al crowdfunding, sus creadores demostraron no tener mucha idea de cómo gestionar el presupusto recibido para producir los drones en masa.

Aunque sí sacaron adelante el primer pedido, la primera tanda de ZANO nunca llegó a su destino ya que no tenían dinero para los pertinentes envíos.

Triton Grills

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Triton era un peculiar dispositivo que consistía en unas branquias artificiales para respirar bajo el agua que arrasaron por todo lo alto en Indiegogo. Finalmente se admitió el engaño a los patrocinadores, a los que tuvo que reembolsar cerca de 900.000 dólares los patrocinadores de Indiegogo. La compañía inicialmente sugirió que su dispositivo podía “extraer aire respirable” del agua, pero en realidad se sirvió de cilindros de oxígeno líquido que no son reutilizables.

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