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El estrés puede provocarte estos 6 problemas en la piel

Andrea Gómez Bobillo

acné
El estrés se manifiesta de muchas maneras en nuestro cuerpo y una de las más evidentes es en la piel. Los cambios que se producen en épocas de mayor estrés desencadenan procesos alérgicos e inflamatorios que hacen aflorar varias enfermedades.

El estrés es un proceso natural que responde a nuestra necesidad de adaptarnos al entorno; pero resulta perjudicial si es muy intenso o se prolonga en el tiempo, ya que puede volverse en un problema crónico.

Sea cuál sea la razón, el estrés es provocado por uno mismo. El trabajo, el dinero, la pareja, la familia son factores que provocan la aparición de algunos de los síntomas de estrés más comunes como el dolor de cabeza, dolor muscular, ansiedad y en muchas ocasiones depresión.

Todas las personas lo padecen de vez en cuando y cada una lo hace de forma diferente. Por ello, resulta muy importante prestar atención a las señales que te ofrece el cuerpo. 

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Una de las más evidentes es la que se refleja en la piel, que claramente se ve afectada cuando sufrimos picos de estrés en nuestra vida.

La situación vivida durante la pandemia ha afectado en gran manera a la piel, según asegura a Business Insider EspañaMaría Latasa Barros, vocal de Dermofarmacia del Colegio de Farmacéuticos de Castellón.

Como asegura Gerardo Martín, jefe de dermatología del Hospital virgen del Mar, Sanitas, sin duda se ha notado un aumento significativo en las consultas por episodios de estrés y problemas derivados del mismo.

Este impacto emocional se suma a todos los problemas relacionados con el material de protección –uso de mascarillas, EPIs y soluciones alcohólicas– que también han agravado los problemas cutáneos, según indica la experta. 

"Somos muy conscientes del papel que juega el estrés psicosocial en la exacerbación de las enfermedades de la piel. De hecho, a menudo es el primer factor precipitante que mencionan los pacientes cuando nos hacen sus consultas", asegura. 

Este desencadena una serie de reacciones en el organismo en las que interactúa el sistema nervioso con el sistema hormonal y el sistema inmune, por lo que aparecen diferentes síntomas que se ven relacionadas con periodos de mayor estrés.

Como explica Latasa, estos son una función barrera alterada, por lo que la piel se vuelve más vulnerable. 

Así, se produce un cambio en el aumento de sebo debido a los andrógenos y la participación de  mediadores como el cortisol, la adrenalina y la histamina que desencadenan procesos alérgicos e inflamatorios que hacen aflorar varias patologías. 

Acné 

El acné es una de las enfermedades cutáneas más frecuentes. Casi el 80% de los adolescentes entre los 13 y los 18 años la padece, representando el 25% de las consultas al dermatólogo de acuerdo a la Asociación Española de Pediatría

El estrés emocional aumenta la liberación de mediadores neuroendocrinos cómo son las hormonas CRH y ACTH, que inducen a su vez la liberación de cortisol. 

"Este cortisol genera múltiples respuestas en algunas estructuras cutáneas como la glándula sebácea generando seborrea lo cual empeora de manera significativa los brotes de acné", explica Martín.

Según el estudio Global Burden of Disease, entre el 12% y el 22% de las mujeres adultas ha sufrido esta patología en algún momento de su vida.

El acné engloba tanto los poros tapados, conocidos como puntos negros, blancos o espinillas, como los granos y las protuberancias más profundas como quistes o pústulas. Las zonas más frecuentes para su aparición son la cara, el cuello pero también hombros, pecho o incluso espalda.

Dematitis seborreica 

La dermatitis seborreica es un trastorno frecuente de la piel que principalmente afecta al cuero cabelludo, aunque también puede afectar las zonas oleosas del cuerpo, como el rostro, los lados de la nariz, las cejas, las orejas, los párpados y el pecho.

Se manifiesta en forma de manchas de piel grasosa cubiertas con escamas blancas o amarillas, piel enrojecida y caspa persistente en el cuero cabelludo, el cabello, las cejas, la barba o el bigote

Dermatitis atópica

La dermatitis atópica (también conocida como eccema), es una enfermedad crónica que hace que la piel se inflame e irrite, lo que causa mucha picazón. 

Al rascarse la piel para aliviar la sensación se produce enrojecimiento, hinchazón, agrietamiento, secreción de un líquido transparente, costras y escamas.

En la mayoría de los casos, hay brotes o momentos en los que la enfermedad empeora, seguidos por remisiones o momentos en los que la piel mejora o los síntomas desaparecen por completo.

Psoriasis 

La psoriasis causa picazón o parches dolorosos de piel engrosada y enrojecida con escamas plateadas. 

Esta enfermedad suele presentarse en los hombros, las rodillas, el cuero cabelludo, la espalda, la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies, pero también en otras partes del cuerpo. 

La psoriasis puede persistir durante mucho tiempo, aunque los síntomas van y vienen, pero factores como el estrés pueden empeorarlos.

Los niveles altos de cortisol se han asociado a brotes más persistentes y con peores respuestas al tratamiento, según el doctor Martín. 

Rosácea

La rosácea es una enfermedad crónica que provoca el enrojecimiento de la piel y que salgan granos, por lo general, en la cara. 

Otro de sus efectos sobre la piel es que la puede hacer más gruesa (generalmente en la frente, la barbilla y las mejillas), además de causar problemas en los ojos como enrojecimiento, sequedad y picazón

Peor cicatrización de heridas 

El estrés pueden disminuir significativamente la velocidad de cicatrización, lo que se asocia con el aumento de la susceptibilidad ante microorganismos oportunistas y de la probabilidad de aparición de cicatrices. 

Un estudio llevado a cabo durante 30 años por la Universidad de Ohio indica que las personas que tengan una cirugía deben evitar el estrés para que la cicatrización de sus heridas sea más rápida.

Según revela, una simple discusión de pareja de media hora de duración retrasa la curación de una herida un día entero.

¿Hay forma de prevenirlo o tratarlo con facilidad?

Como señala Latasa, un buen cuidado dermofarmacéutico  es imprescindible para manejar estas patologías de la piel y reducir la frecuencia de los brotes. 

En la actualidad, precisamente por la importancia que tiene el estrés como detonante de alteraciones serias en el organismo, se investiga mucho sobre su mecanismo de acción, según explica la experta

"Siempre se ha hablado del eje cerebro-piel, pero nuevos estudios sobre el microbioma cutáneo sugieren que desequilibrios inducidos por el estrés en el intestino pueden ayudar en gran medida a exacerbar estas molestias dermatológicas", añade. 

Para mejorar los impactos cutáneos del estrés psicológico, Latasa recomienda tratarlo de manera holística, incluyendo factores como la dieta, el ejercicio, las prácticas que fomenten la relajación y los patrones del sueño.

Para actuar de forma directa, Martín recomienda una adecuada hidratación que ayuda a mantener una óptima función barrera de la piel evitando los daños de agentes externos. 

Otra de las opciones adecuadas es la aplicación tópica de sustancias antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E y la niacinamida.

"El efecto antioxidante evita un mayor daño generado por el estrés oxidativo inducido en las patologías previamente descritas y producto de la inflamación y alteraciones provocados por las sustancias liberadas en los procesos de estrés", explica.

Este artículo fue publicado en Business Insider España por Andrea Gómez Bobillo.

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