Se expone una nueva teoría sobre el origen del ser humano
Laura Priego
¿De dónde venimos? Hay muchas respuestas correctas a esta pregunta y la que obtienes a menudo depende de a quién le preguntes.
Por ejemplo, un astrofísico podría decir que los componentes químicos de los cuerpos se forjaron primero en los fuegos nucleares de las estrellas.
Por otro lado, un biólogo evolutivo podría observar las similitudes existentes entre el ADN de las personas y el de los primates para posteriormente concluir que el origen del ser humano procede de los simios.
Lisa Randall, física teórica de la Universidad de Harvard, tiene una respuesta diferente y novedosa de la que habla en su libro La Materia Oscura y los Dinosaurios.
Randall ha escrito otros libros de ciencia populares, incluido el éxito de ventas Universos Ocultos: Un Viaje a las Dimensiones Extras del Cosmos. Sus estudios en Harvard exploran la física teórica de partículas y la cosmología.
En su último libro, postula que la extinción de los dinosaurios, necesaria para el surgimiento de los humanos, está vinculada a la materia oscura. La materia oscura es una materia misteriosa e invisible que, según los astrónomos, constituye el 85% de toda la materia del universo.
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La extinción de una especie es una ventaja para otra
Los paleontólogos coinciden casi siempre sobre la teoría que habla del gran cuerpo celeste de casi 15 kilómetros de largo, probablemente un cometa, que chocó contra la Tierra hace aproximadamente 66 millones de años. El impacto acabó con el 75% de las especies que habitaban el planeta, incluida la mayoría de los dinosaurios.
Entre los supervivientes había pequeños primates. Durante los siguientes 66 millones de años, estos se diversificaron, se hicieron mayores, aprendieron a caminar sobre dos patas y desarrollaron cerebros más grandes que utilizaron posteriormente para inventar la entrega de pizza.
Entonces, ¿qué causó aquella colisión que dio a los primates la oportunidad de prosperar?
Podría ser causalidad, o suerte, dependiendo de tu punto de vista, pero Randall no estaría de acuerdo con ambas ideas.
En su libro, Randall describe una oscura materia con forma de panqueque densamente comprimida dentro de la Vía Láctea que podría ser responsable del surgimiento del ser humano como especie.
La materia oscura nunca ha sido detectada de forma directa. Sin embargo, existe una gran evidencia de su enorme influencia gravitacional en el universo. La gran mayoría de la comunidad científica está de acuerdo en que la materia oscura no se puede ver ni tocar aunque parece encontrarse en todo el cosmos.
En líneas generales, la materia oscura tiende a concentrarse en grandes halos alrededor de las galaxias como burbujas gigantes. Pero Randall cree que también podría haber un llamado disco oscuro en medio de las estrellas, planteas y nubes de gas de la galaxia.
Cuidado con el disco duro
Si hay materia oscura en el hipotético disco de Randall, entonces es lógico que este tenga una poderosa influencia gravitacional en los objetos que lo rodean, incluido el Sistema Solar.
Pero el Sistema Solar no siempre está cerca del disco, que es el punto clave de la teoría de Randall.
A medida que el Sistema Solar gira alrededor del centro de la Vía Láctea, de la misma manera que la Tierra gira alrededor del Sol, se mueve hacia arriba y hacia abajo, u oscila, a través del plano de la galaxia. Y la tasa de oscilación es muy intrigante.
A continuación se muestra una ilustración de la oscilación del Sistema Solar, donde el punto naranja en el rectángulo inferior izquierdo es el Sol y la línea negra en el centro es el disco oscuro.
Un equipo de astrónomos ha hecho un cálculo aproximado de esta tasa de oscilación cerca del cambio de siglo, llegando a la conclusión de que el Sistema Solar atraviesa el plano de la Vía Láctea aproximadamente una vez cada 32 millones de años lo que significa que, si hay un disco oscuro, es atravesado al mismo ritmo.
Curiosamente, existen evidencias que sugieren que las extinciones masivas en el pasado de la Tierra ocurrieron dentro de ese período de tiempo, o aproximadamente una vez cada 23 a 35 millones de años.
Es esta similitud entre la tasa de extinción en masa y la tasa de oscilación del Sistema Solar a través de la galaxia lo que hizo que Randall y su colega de Harvard, Matthew Reece, sugirieran por primera vez su teoría en un artículo científico que se publicó en la revista Physical Review Letters, y que Randall explora de forma más detallada en su libro.
Randall plantea la hipótesis de que cuando se pasa a través del disco oscuro, la gravedad de la materia oscura en su interior influye en la región exterior del Sistema Solar, llamada nube de Oort.
La nube de Oort se encuentra aproximadamente entre 1.000 y 100.000 unidades astronómicas (144 mil millones de kilómetros a 14 billones de kilómetros) del Sol y se cree que contiene miles de millones de objetos helados de al menos 20 kilómetros de ancho.
Si algo de 20 kilómetros de ancho golpease la Tierra el día de hoy, significaría el final de la vida tal y como se conoce en estos momentos. Randall cree que eso fue exactamente lo que les sucedió a los dinosaurios hace 66 millones de años y lo que abrió las puertas a la evolución generalizada de los primates.
Pruébalo
Si bien es imposible retrasar el reloj, probar la existencia del disco oscuro avanzaría en gran medida la teoría de Randall.
Ella ha intentado hacerlo mirando la velocidad y la dirección de las estrellas de la Vía Láctea. Si las estrellas se movieran de una manera que no pudiera explicarse por la cantidad de materia visible y ordinaria a su alrededor, entonces podría sostenerse la teoría acerca de la presencia del disco duro.
Pero eso es muy difícil. Hay alrededor de 100 mil millones de estrellas en la galaxia y cazar materia oscura es realmente complicado.
Existen una docena de detectores en funcionamiento bajo tierra, en la superficie y en el espacio, y ninguno de ellos ha logrado detectar una partícula de materia oscura. Si lo hacen, sería un paso significativo para apoyar la hipótesis de Randall. En sus comentarios finales escribió:
"En cierto sentido global, todos somos descendientes de Clicxulub (el pueblo donde impactó el meteorito que mató a los dinosaurios). Es una parte de nuestra historia que deberíamos querer entender. Si es cierto, significaría que la materia oscura no solo fue responsable de cambiar irrevocablemente nuestro mundo, sino también que parte de ella jugó un papel crucial para permitir nuestra existencia".
Este artículo fue publicado en Business Insider por Laura Priego.
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