Los gusanos de la harina pasan a calificarse como alimento apto para humanos
Andrea Núñez-Torrón Stock

Las larvas del escarabajo oscuro (Tenebrio molitor), caracterizadas por su color amarillento ya se emplean desde hace años para alimentar a reptiles y peces domésticos. Ahora podrían ser la novedad culinaria autorizada para la venta en la UE. A nivel nutricional destacan por su riqueza en proteínas, grasas y fibra y podrían consumirse enteros o como ingrediente en polvo en refrigerios y fideos, asumiendo que su forraje original estuviera libre de contaminantes.
Los gusanos de la harina se convierten de esta manera en la primera especie aprobada entre los 15 insectos sujetos a procedimientos de evaluación de riesgos delegados a la EFSA en 2018 bajo un reglamento de la UE de 2015. Ermolaos Ververis, científico de alimentos de la EFSA, dijo que el interés era alto entre el "sector de insectos comestibles" de la industria alimentaria y la comunidad científica.
La agencia alimentaria EFSA tiene 156 solicitudes de "nuevos alimentos" en su plato, incluyendo los comestibles derivados de las algas. A nivel social existe todavía una gran reticencia ante la ingesta de insectos, cuyo consumo desencadena todavía reacciones de asco entre los europeos, tal y como explica Giovanni Sogari, investigador de consumidores de la Universidad de Parma. "Con el tiempo y la exposición, tales actitudes pueden cambiar", especuló.
En otros lugares del mundo como Asia, África y América Central, masticar patatas fritas de insectos, cocinar con ellas o preparar hamburguesas de gusanos de la harina, se ha convertido durante mucho tiempo en una norma, la llamada entomofagia, junto con el consumo masivo de carne que se atribuye en parte al cambio climático. Dos países de la UE, Austria y Alemania, ya tienen dispensas especiales para bocadillos a base de insectos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ya declaraba en 2013 que "comer insectos puede ayudar a combatir la inseguridad alimentaria". Alimentados incluso con biorresiduos, estos animales presentan una crianza mucho más fácil y un consumo de agua mucho menor, lo que deriva emisiones de efecto invernadero de 10 a 100 veces menores que el ganado.
Los expertos advierten que algunas especies de insectos podrían extinguirse a nivel mundial en las próximas décadas, en gran parte debido a la pérdida de hábitat a medida que la tierra se convierte en agricultura intensiva, así como a la urbanización y el uso de pesticidas. Por último, la EFSA advirtió que las proteínas de los insectos a veces se sobreestiman y que se debe vigilar por posibles alergias.
Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.
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