La búsqueda de nuevos planetas habitables en el universo va viendo en popa, sobre todo gracias al hallazgo de dos exoplanetas parecidos a la Tierra, aunque ninguno de los dos está precisamente cerca de nosotros.

Son Kepler-186f y Kepler-62f, y están a entre 500 y 1.200 años luz de la Tierra. Sin embargo, pese a la distancia, sabemos varios datos que hacen que los astrónomos tengan bastantes esperanzas depositadas en ellos.

Para empezar, los dos se encuentran en la llamada zona de habitabilidad de la estrella. Es decir, no están demasiado cerca de su Sol ni demasiado lejos, requisito indispensable para mantener una temperatura templada y albergar agua en estado líquido.

Pero no sólo eso, pues estar en la zona de habitabilidad no es suficiente, sino que también tienen un eje de rotación bastante estable. Este eje afecta decisivamente al clima, y es el motivo por el que se han descartado otros prometedores exoplanetas anteriormente.

No obstante, aún no se puede afirmar nada con exactitud. Hay otras variables a observar y tener en cuenta, como por ejemplo la cantidad de radiación que reciben, pues de recibir demasiada no habría forma de mantener la vida en su superficie.

Por ahora hay que mantenerse a la espera y seguir analizando la escasa información que nos llega de estos dos planetas supuestamente habitables y similares a la Tierra. Aunque están muy lejos como para viajar a ellos, siguen teniendo un valor científico importante.

No son los primeros planetas de este tipo que la NASA y otras instituciones observan con detenimiento. De hecho, en los últimos años han sido varios los descubrimientos realizados, algunos de ellos relativamente cerca de la Tierra.