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Cuando Heineken fabricaba botellas de cerveza que podían usarse como ladrillos

Cuando Heineken fabricaba botellas de cerveza que podían usarse como ladrillo

En sus 157 años de historia, Heineken atesora muchas anécdotas. Una de las más curiosas es la de la botella-ladrillo.

La cervecera Heineken fue fundada en 1864 por Gerard Adriaan Heineken en la localidad de Ámsterdam (Países Bajos). Se hizo mundialmente famosa en 1886, cuando inventó la levadura Heinekken A, que le da su sabor característico.

En la actualidad Heineken, además de su propia marca, elabora 2,5 millones de cervezas diferentes para docenas de empresas, y posee marcas muy conocidas en España, como Cruzcampo o Amstel.

En su siglo y medio de historia ha utilizado docenas de botellas y envases diferentes. Una de las más curiosas en la botella-ladrillo Heinekken WOBO, que fabricó en 1963:

Cuando Heineken fabricaba botellas de cerveza que podían usarse como ladrillo

Glenk Stark

Usar botellas como elementos de construcción no era una idea de Heineken. Ya se empleaba en la época de los romanos.

Las botellas utilizadas para construir las paredes de una casa, si están llenas de algún líquido oscuro, son un excelente aislante, manteniendo la casa fresca en verano, y reteniendo el calor en invierno. Además el cristal de calidad es resistente y duradero.

La historia de la botella-ladrillo de Heineken, llamada Heineken WOBO (WOrld BOttle, botella del mundo), arranca en 1960.

El nieto del fundador de la compañía, Alfred Henry "Freddy" Heineken, que después se convertiría en CEO en los 70 y los 80, visitó la isla caribeña de Curazao en 1960.

Cervezas

Quedó impactado por la pobreza de las clases bajas, que no tenían materiales para construir sus casas, mientras las playas estaban llenas de botellas vacías, porque nadie las reciclaba.

Freddy Heineken unió las dos circunstancias, y se le ocurrió fabricar una botella-ladrillo. Los habitantes de Curazao podría construir sus casas con ellas, y además no ensuciarían las playas con las botellas vacías, porque ahora tendrían una utilidad.

Contrató al arquitecto holandés N. John Habraken, y durante tres años diseñaron diferentes prototipos. Finalmente en 1963 obtuvieron el diseño definitivo: la botella Heineken WOBO. Se fabricaron 100.000 unidades en dos tamaños diferentes, de 350 y 500 mm.

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Estas botellas tenían forma rectangular, y unos laterales protuberantes para que agarrase mejor la mezcla de cemento y silicona que se usaría. Además la parte superior encajaba con la inferior, para que no hubiese huecos en la pared.

Aunque se llegaron a construir un par de casetas de prueba que aún se conservan, como puedes ver en la foto de apertura de la noticia, por desgracia estas botellas-ladrillo nunca cumplieron su función. No llegaron a Curazao, y el proyecto no pasó de la fase prototipo.

No es la única botella curiosa de Heineken. En 2008 lanzó la Heineken Cube, un frasco con forma de cubo que se podía apilar:

Heineken Cube

Heineken

No estaba pensado para construir casas, sino para para ahorrar espacio. Pero apenas se usaron en tiradas muy limitadas.

Existen otras muchas casas construidas con botellas en el mundo, aunque no dejan de ser una curiosidad, en lugar de una alternativa arquitectónica.

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