HitchBOT el robot autoestopista, cruelmente asesinado en USA
Mi escasa fe en la Humanidad acaba de debilitarse un poco más tras descubrir el asesinato de HitchBOT, el robot autoestopista, que ha sido encontrado decapitado y con los brazos arrancados en Filadelfia (Estados Unidos).
Los humanos somos una especie cruel y agresiva que disfruta haciendo daño por placer, da igual que se trate de hermosos leones, o de adorables robots.
La historia de HitchBOT, el robot autoestopista, ha tenido un trágico final. Creado por el profesor universitario David Harris y su equipo de estudiantes, Hitch es un experimento sociológico y tecnológico.
El profesor Harris pretendía profundizar en la relación entre los humanos y los robots creando un androide autoestopista con el único objetivo de que la gente lo recogiese en la carretera y lo llevase hasta donde pudiese, para cruzar el país. HitchBOT estaba equipado con una cámara en los ojos, pantalla matricial para emitir mensajes, y diversos sensores, incluyendo un GPS para mantenerlo permanentemente localizado.
Tras recorrer con éxito Canadá, Alemania y Holanda, sin ningún incidente, HitchBOT se enfrentaba a su mayor reto, cruzar los Estados Unidos:
Comenzó su viaje en Boston, y durante las dos primeras semanas todo fue estupendamente:
HitchBOT hizo muchos amigos. La gente lo hospedaba en su casa para pasar la noche y recargar sus baterías, y luego lo acercaban unas docenas o cientos de kilómetros a su destino, abandonándolo en la carretera para que otro conductor lo recogiese:
Pero ayer ocurrió la tragedia: HitchBOT había sido agredido y no se podía reparar. Él mismo lo confirmaba en su cuenta de Twitter:
Una tuitera colgaba la imagen del asesinato:
En Filadelfia, alguien le habría arrancado los brazos y se había llevado la cabeza. El robot autoestopista apenas pudo iniciar su viaje para cruzar Estados Unidos:
Una dura lección de vida que el simpático HitchBOT ha aprendido por las malas. No sabemos si la cabeza se la han llevado como recuerdo, o para aprovechar las pantallas matriciales, la cámara y el resto de la tecnología.
Miles de niños que seguían sus aventuras a través de la página web de HitchBOT se sienten ahora tristes y desconcertados. Incluso para un adulto, resulta difícil entender por qué alguien ha causado daño a un ser tan adorable e inofensivo:
La raza humana es así, cruel, despiadada e insensible con los más desvalidos.
Hasta siempre HitchBOT, ¡no nos guardes rencor allá donde estés!
Descubre más sobre Juan Antonio Pascual Estapé, autor/a de este artículo.
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