¿Qué te parecería tener una pantalla de ordenador integrada en el ojo? Pues esto podría ser posible muy pronto gracias al descubrimiento que ha hecho un equipo de investigadores de la Universidad de South Australia.

Se trata de un recubrimiento de película de polímero que tiene la capacidad de conducir la electricidad a través de las lentes de contacto. Esta propiedad abre el camino para el desarrollo de circuitos eléctricos en miniatura que se podrán usar con seguridad para la salud debido a su biocompatibilidad. 

Las aplicaciones de este recubrimiento de película de polímero tienen un gran potencial para revolucionar la electrónica moderna. El uso más llamativo de esta tecnología es su aplicación a las lentes de contacto inteligentes y conectadas. 

Y es que el recubrimiento que han descubierto estos investigadores podría convertir las lentillas en pantallas de ordenador, de tal manera que las imágenes se generarían directamente en las lentes de contacto. 

Los científicos explican que, gracias a la conductividad que proporciona el material que han diseñado, sería posible la fabricación de pequeños circuitos eléctricos biocompatibles integrados en las lentillas.

La lente tiene que ser tratada previamente con plasma con la finalidad de facilitar tanto la adhesión de la película, y una vez hecho esto se podrían proyectar contenidos directamente en el ojo.

Otra aplicación consistiría en el desarrollo de sensores implantables en el cuerpo con todo tipo de funcionalidades, como medir los niveles de glucosa, entregar medicamentos o monitorizar las funciones vitales. 

Google también ha fabricado unas lentillas inteligentes y se probarán en 2016

Además, la película de polímero también podría ser utilizada para la fabricación de ventanas inteligentes que puedan ser programadas para oscurecerse o dejar pasar la luz dependiendo de las necesidades.

Esta investigación es el resultado de un trabajo que se ha prolongado durante varios años, y el equipo espera que las lentillas inteligentes puedan estar al alcance de los consumidores muy pronto. 

Su siguiente paso consiste en el desarrollo de una tecnología complementaria para leer y traducir la información transmitida por polímeros conductores.