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La misión en Bennu se complica: el asteroide ''escupe'' rocas

La nave Osiris-REx de la NASA alcanza el asteroide Bennu

NASA

Tras dos años de viaje y más de 2.000 millones de kilómetros, la sonda Osiris-REx de la NASA alcanzó el pequeño asteroide Bennu. Se trata de un asteroide que nos permitirá conocer algunos de los secretos de la formación del universo, pero la misión será más complicada de lo que la NASA esperaba. Y es que, el asteroide escupe rocas.

La misión de la Osiris-REx es la de aterrizar en Bennu, un asteroide que se dirige a toda velocidad a la Tierra y que, según los cálculos, pasará cerca en unos 100 años (con una probabilidad de estrellarse de una entre 2.500).

Una vez en el asteroide, lo que debe hacer la sonda es recoger una serie de muestras para traerlas a la Tierra en un viaje de más de 4.000 millones de kilómetros en total.

El problema es que, aunque la NASA se sintió eufórica hace unas semanas, cuando la Osiris-REx se ''ancló'' en la órbita del asteroide, ahora está realizando cálculos para replantear la misión. Y es que, lo que no esperaban es que se tratara de un asteroide activo.

Las primeras fotografías desde la Osiris-REx son bastante reveladoras. En una de ellas se puede apreciar que la superficie es muy rocosa, lo que complica la tarea de aterrizar la sonda para recoger muestras y, claro, se debe recalcular la zona de recolección. Otro problema añadido es que Bennu acaba de ser catalogado como un asteroide activo.

En la fotografía que la Osiris-REx mandó en enero se podían ver unas motas de luz que podrían ser estrellas a lo lejos, pero que en realidad son rocas que salen despedidas del asteroide a una velocidad que, incluso, alcanzan hasta los tres metros por segundo, lo que hace peligrar la misión de aterrizaje:

Partículas de Bennu

A pesar de esta ''decepción'', ya que obliga a replantear la misión, la NASA ya está consiguiendo valiosos datos. Por ejemplo, se ha descubierto que un día en Bennu, debido a su rotación, dura unas 4,3 horas. Dentro de un millón de años será de 2,1 horas, lo que significa que está aumentando la velocidad de rotación.

Además, se ha descubierto que el interior de Bennu es excesivamente poroso, lo que deja claro que se trata de un asteroide formado por escombros, y por eso, precisamente, es tan interesante, ya que las muestras recogidas pueden aportar muchísimas pistas sobre la formación del universo.

Bennu

Ahora, solo queda ver cuándo se posará la Osiris-REx en Bennu y si podrá conseguir muestras suficientes de este asteroide activo.

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