La mayoría de la gente solamente utiliza el protector solar cuando piensa que va a estar expuesta al sol durante un largo periodo de tiempo en playa, montaña o espacios abiertos. Son pocos los que se lo echan para dar un paseo por la ciudad y aún menos los que también lo hacen durante las épocas invernales. Sin embargo, cada vez es más necesario.

La radiación UV afecta durante todo el año y los daños en la capa de ozono no han hecho más que agravar la situación. Del mismo modo que la luz puede molestar a los ojos en invierno sin necesidad de ir a la nieve y se utilizan gafas de sol, también afecta a la piel y provoca envejecimiento y arrugas.

El sol tiene otro modo de actuar en invierno, pero sigue afectando a la salud de la piel. Aunque se tenga la sensación de que la dosis de luz ambiental es menor, existe y puede causar numerosos problemas.

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La dermatóloga Dendy Engelman apunta que "hasta la luz de la oficina o la de la pantalla del móvil pueden ser perjudiciales" durante una larga exposición, por lo que la solar, más intensa durante todo el año, ataca a la piel aunque se tenga la sensación de que apenas se ve el sol, según recogen en Vogue.

Además, el protector solar utilizado en invierno debe ser lo más hidratante posible por los problemas existentes con la humedad exterior y la sequedad en los interiores a causa de la calefacción, que no solo puede afectar a las vías respiratorias, también a nuestra piel.

Sequedad, manchas, envejecimiento, arrugas y, en casos más graves, cáncer. Diversos males pueden afectar a la piel y notarse especialmente en la cara. Si eres de los que protege su salud, debes tener cuidado también en invierno para no sufrir las consecuencias del sol. Seguro que lo agradeces.