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No sabes ni qué tiempo hace, los supermercados no tienen ventanas por estos motivos

pasillo supermercado

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No hay nada dejado al azar en los supermercados y la falta de ventanas es un buen ejemplo de las estrategias que se siguen para que compres más.

Cuando estás haciendo la compra en un supermercado no puedes evitar analizar la situación y comprobar que hay muchas similitudes entre ellos, aunque sean de cadenas distintas. El tono de la música, la temperatura, las baldosas del suelo o la falta de ventanas son constantes, todos los detalles han sido tomados en cuenta al dar forma a estos establecimientos.

La falta de ventanas es un aspecto muy habitual. Da lo mismo que sea un supermercado a pie de calle en la ciudad que un enorme hipermercado separado de otros edificios en las afueras, una vez te adentras en ellos pierdes la noción sobre el tiempo que hace o si están pasando las horas.

Según informan en La Vanguardia, no es casualidad y vence a las estrategias de las grandes empresas que valoran este factor, la falta de ventanas, como un truco para que pases más tiempo dentro del supermercado, sin la necesidad de salir.

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Hay una afirmación de la que apenas se puede dudar: cuanto más tiempo pasas dentro del supermercado, más vas a consumir. Para conseguir esto, se intenta que no seas consciente de cómo oscurece o clarea el día, si ha parado de llover o si se está haciendo más tarde de lo que piensas.

Igual que no se instalan relojes en los supermercados, no se quiere que haya referencias temporales, sino que todos los segundos del día sean igual de plácidos para que te encuentres cómodo allí. 

Evidentemente, a esto se suman otras estrategias, como la cadencia de movimientos a la que empuja la música, el carro que nunca parece ir recto o el suelo de baldosas que ralentiza ligeramente el caminar. Por parte del cliente también existen métodos para evitar ser condicionado, como el ir con una lista cerrada sobre lo que se comprará o nunca hacer la compra con hambre.

Toda esta información es más que lógica, aunque nunca está de más para entender cómo la arquitectura y el diseño sirven para manipular las percepciones y con qué objetivos se da forma a cada detalle en los supermercados.

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Etiquetas: Alimentación