Dicen que el Monopoly es famoso por sacar lo peor de nosotros mismos. ¿Quién no le ha robado alguna vez algún billete a la banca cuando los demás jugadores no miraban, o ha cobrado más por el alquiler de lo que ponía en la tarjeta? Pues bien, eso se acabó. Monopoly Voice Banking, el nuevo Monopoly controlado por voz, es la pesadilla de los tramposos.

En Monopoly Voice Banking no hay billetes en papel, ya que todas las transacciones las lleva un miniordenador activado con la voz, dentro de un sombrero de copa. Así que los tramposos no pueden robar dinero ni engañar con los pagos o los cobros.

Tampoco hay estaciones, ni cartas de la Comunidad. Y solo pueden jugar un máximo de cuatro jugadores. Hasbro ha querido agilizar el juego al máximo, eliminando las tareas más tediosas que enlentecen el juego: pagar, cobrar, dar el cambio, gestionar el dinero, etc. ¿Pero no desvirtúa eso el juego?

En Monopoly Voice Banking todas las ordenes se dan mediante la voz. Un sombrero de copa que representa a Mister Monopoly (por primera en la historia, lo oímos hablar), es el que hace de banca, y lleva todas las cuentas.

Los jugadores solo tienen que tirar los dados, y mover su ficha. Tocando su botón asignado en el sombrero, pueden darle órdenes con la voz mediante unos comandos que tienen a mano en una tarjeta. El sombrero reconoce órdenes como compra la calle X, paga el alquiler en la calle X, Cuánto dinero tengo, o ¿Quién está ganando? 

Como hemos comentado es el propio ordenador el que lleva las cuentas, suma los pagos y cobros y el resto de acciones, por eso no existe el dinero en físico, ni es posible hacer trampas.

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Aunque el juego así es mucho más dinámico, pierde buena parte de su encanto: contar tus propios billetes, pagar y recibir dinero, la excitante fantasía de amasar tu propia fortuna...

Veremos si Monopoly Voice Banking tiene éxito entre las nuevas generaciones. Se puso a la venta el pasado 1 de julio en Estados Unidos, a un precio de 29,99 dólares. No se han confirmado versiones en otros idiomas, ya que primero tienen que adaptar el reconocedor de voz, que no es una tarea sencilla.