Es oficial: el dinero sí da la felicidad, según este estudio

Recibir un ingreso básico mensual puede suponer un incremento de felicidad, sobre todo en personas de países con rentas bajas.
Si siempre has tenido dudas en el orden de salud, dinero o amor, quizás deberías poner en el primer lugar el dinero, porque un reciente estudio afirma que si buscas felicidad solo tienes que tener mucho dinero, aunque hay un límite en percepción de felicidad según tus ingresos anuales.
Un experimento recogido en la revista PNAS han dado a 200 personas una suma única de 10.000 $ proveniente de dos donantes anónimos y les pidieron que calificaron su felicidad mensualmente tras recibir esa cuantía.
El problema que había con este estudio, es que tenían que gastar estos 10.000 $ en solo tres meses, unos aprovechándolos mejor que otros.
Por otra parte, hubo un grupo de control de 100 integrantes que no recibieron absolutamente ninguna suma, pero que igualmente tuvieron que reportar su nivel de felicidad durante tres meses consecutivos.
Como resultado, algo evidente, aquellos participantes que recibieron el dinero calificaron su felicidad más alta que aquel grupo de control que no recibió nada.
Lo menos evidente, es que tras pasar estos tres meses y gastarse todo el dinero, siguieron reportando mayor felicidad que aquellos que no recibieron ninguna cuantía anterior.
Mayor felicidad en aquellos con rentas bajas
Además aclaran, que cuantos más bajos eran los ingresos anuales de los participantes, mayor era su felicidad. De esta forma, aquellas personas de países con rentas bajas reportaron mensualmente mayor felicidad que aquellos que recibieron el dinero, pero eran de países con rentas altas. Es decir, los que necesitaban el dinero realmente, fueron más felices.
De esta forma, aquellos participantes que tenían ingresos anuales superiores a los 123.000 $ no mostraron mucha felicidad en los meses posteriores al recibir la donación de 10.000 $.
La investigación respalda la necesidad de incluir un ingreso básico dado que esto no solo podría ayudar a subsistir, sino también a incrementar la felicidad.
El experimento fue organizado originalmente por Chris Anderson de TED en diciembre de 2020, y los participantes debían tener más de 21 años y hablar inglés con fluidez.
Había participantes que procedían de países con bajos ingresos como Brasil, Indonesia y Kenia, y otros de países de altos ingresos como Australia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos.
Los países de bajos ingresos informaron de un aumento considerable en la felicidad hasta tres veces mayor que aquellos participantes de los países de altos ingresos.
“Nuestros datos brindan la evidencia más clara hasta la fecha de que los ciudadanos privados pueden mejorar la felicidad globalmente a través de la redistribución voluntaria a quienes tienen menos”, escribieron los investigadores.
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