Existen varios métodos de pago y, aunque hace algunos años lo más normal era siempre llevar encima efectivo, en la actualidad las tarjetas de han impuesto y, ahora, pagar con tarjeta de crédito o de débito se ha convertido en el estándar del día a día. Este método de pago se ha vuelto tan popular que se puede utilizar en prácticamente todos los establecimientos.

Pero esta situación dista mucho de lo que se vivía hace algunos años. De hecho, hasta la llegada de la pandemia el dinero en metálico era el que mandaba y muchos establecimientos ponían cifras mínimas para realizar pagos con tarjeta. Pese a que muchas personas creyesen que estas cifras eran simplemente por capricho del local, lo cierto es que esto no era y no es así.

A la hora de pagar con tarjeta el dinero que se descuenta y que, por creencia popular, se piensa que va directamente al establecimiento se ha de repartir con la entidad bancaria que proporciona el servicio por el cual se ha realizado este pago. Sí, pagar con tarjeta no deja de ser un servicio que ofrecen los establecimientos y por el cual los negocios han de pagar.

El negocio de los bancos con las tarjetas, pasarelas de pago y los pagos realizados con las tarjetas hace que ingresen 700 millones de euros en 2021, según la información ofrecida por el Banco de España y recogida por El HussPost. Además, esta cifra solo tendría en cuenta las transacciones físicas: colocar la tarjeta encima del datafono.

Comisiones, pasarelas y tarjetas: el negocio poco conocido de los bancos que hace que ganen millones de euros

Al poner en contexto las cifras del comercio electrónico, la cifra de dinero ganado mediante los pagos con tarjetas ascendería a un número demasiado largo como para pronunciarlo. El Banco de España también ha ofrecido el dato de todo el dinero acumulado gracias a estas transacciones en los últimos años, llegando a ser una ganancia de 14.500 millones de euros.

Puede que no parezca tan grave a nivel general y, es que, siendo un servicio: alguien tiene que pagarlo y son los negocios los que tienen que hacer frente a ello. Pero hay que tener en cuenta las diferentes estrategias de, por ejemplo, los comercios online o algunos físicos añaden la cuota de la entidad para así garantizar un beneficio mínimo.

En lo teórico, el usuario final no es el que paga la comisión. Pero hay que tener en cuenta que esto no es así y que viendo el funcionamiento de las entidades y negocios; lo más probable es que salga de nuestro bolsillo el dinero extra que va a parar a las arcas de los bancos. Además, ya es demasiado tarde como para volver al dinero en metálico.