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Un paralítico controla su brazo tras un implante cerebral

Tomas Gonzalez

Un implante cerebral devuelve a un paralítico el control de su brazo

En ocasiones al hablar de un implante cerebral se nos antoja algo inalcanzable o de un futuro lejano, pero lo cierto es que la neurociencia ya está dando sus frutos y constantemente llegan noticias esperanzadoras en el campo de la medicina.  

En este caso, un paralítico mueve su brazo gracias a los avances que han tenido lugar en la Case Western Reserve University de Ohio, donde un grupo de científicos consiguieron que Ian Buckhart, con su médula lesionada, pudiera tomar el control de su brazo y su mano.

El objetivo de estas pruebas es el de conseguir un sistema capaz de recoger las señales del cerebro y transmitirlas de forma inalámbrica a un segundo implante electrónico, en este caso un brazo, que las interpreta y reacciona adecuadamente.

Ya existen casos de otros voluntarios que han podido controlar brazos robóticos o cursores de ordenador, y de hecho el pasado año se consiguió en el proyecto Neurobridge, también en Ohio, que un hombre abriera y cerrara la mano mediante un implante cerebral y unos electrodos colocados en torno a su antebrazo.

Pero en esta nueva experiencia de la Case Western Reserve University se ha llegado más lejos, puesto que el paciente de la prueba tenía una lesión en la columna que le impedía cualquier movimiento de sus brazos.

Implantes cerebrales que aumentan tu memoria

Los artífices de este "milagro" de la neurociencia son dos matrices de Utah, dos racimos de electrodos de silicio que se implantaron en la corteza motora (la zona del cerebro encargada de los movimientos) y se encargan de recoger los impulsos eléctricos de las neuronas.

Posteriormente, los más de 16 filamentos del implante situado en su brazo y en su mano derecha captan esos impulsos y contraen diferentes músculos, generando movimientos en el hombro, el codo y la muñeca. Este proceso es conocido como "funcional electrical stimulation" (FES).

Los experimentos con estimulación eléctrica funcional comenzaron hace veinte años y ahora estamos viviendo los últimos avances que, aunque difícilmente desembocarán en un uso cotidiano de estos implantes a corto plazo, sí permiten alimentar las esperanzas de millones de personas con lesiones o discapacidades de todo tipo que podrían volver a realizar sus tareas de cada día gracias a estos descubrimientos. 

Fuente: [MIT Technology Review]

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Etiquetas: Salud