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La primera máquina expendedora que funcionaba con monedas la usaban los griegos hace 2.000 años

La primera máquina expendedora que funcionaba con monedas la usaban los griegos hace 2.000 años

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Todo el mundo ha utilizado alguna vez una máquina expendedora: metes una moneda o un billete y recibes un refresco, un bolsa de aperitivos, o como ocurría hace años, tabaco. Los griegos conseguían agua bendita.

A menudo solemos subestimar la ciencia y el ingenuo de nuestros antepasados. Tecnología que usamos en nuestra vida cotidiana, pensamos que se ha inventado hace poco.

Un buen ejemplo es la máquina expendedora. Es cierto que las versiones modernas tienen su origen en 1880, y se usaban para vender sellos postales, y goma de mascar. Pero la primera máquina expendedora de la historia es casi 2.000 años más antigua.

 La inventó en el siglo I el ingeniero y matemático griego Herón de Alejandría, que está considerado el Leonardo Da Vinci de la Antiguedad.

 

Herón de Alejandría inventó el primer motor a vapor (aunque no le encontró utilidad), el molino de viento, e incluso la predecesora de la jeringuilla.

Fue también un importante matemático que dejó para la posteridad la Fórmula de Herón, que permite calcular el área de un triángulo usando sus lados.

¿Cómo funcionaba la máquina expendedora de Herón de Alejandría, y para qué servía? La maquina se instaló en lo templos de Egipto, por aquel entonces parte del Imperio Romano. Se usaba para vender agua bendita.

Los fieles introducían una moneda en la máquina y obtenían una cantidad de agua suficiente para llenar un cuenco.

 ¿Por qué inventó Herón está máquina? Hay dos versiones. Unos investigadores dicen que lo hizo porque los sacerdotes no tenían tiempo para ir bendiciendo agua a todo aquel que se lo pedía. Otros aseguran que era para evitar el robo de agua: los fieles dejaban un donativo, pero se llevaban mucha más agua bendecida de lo que habían pagado.

¿Y cómo funcionaba la primera máquina expendedora de la historia? Puedes verlo en este vídeo:

En realidad el mecanismo es muy sencillo: la moneda introducida en la máquina caía sobre una palanca que abría la válvula que permitía salir al agua bendita.

Por la propia gravedad, la moneda termina resbalando fuera de la palanca, recuperando así su posición original, y cerrando la válvula:

Primera máquina expendedora

Por desgracia este invento tan ingenioso cayó en el olvido (casi todos los escritos de este inventor se han perdido), y las máquinas expendedoras no volvieron a aparecer hasta casi 2.000 años después, en el siglo XIX.

Así era el genio de Herón de Alejandría. Un adelantado a su tiempo.

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