Seat incorpora un ángel de la guarda en sus coches: así es el Seat León Cristóbal
Jakub Motyka
Seat no ha querido perderse la cita anual del Mobile World Congress, un evento en el que no solamente tienen cabida móviles, ordenadores o drones, sino también coches. La compañía española se ha venido al MWC para anunciar la integración de Shazam dentro de su apuesta por el coche conectado, y de paso ha aprovechado la ocasión para enseñarnos el Seat León Cristóbal.
Los coches de Seat incorporarán a partir de abril el sistema de reconocimiento de canciones de Shazam dentro de su aplicación para el coche (Seat DriveApp, pudimos probarla en nuestro análisis tecnológico del Seat Ibiza FR), de tal forma que cuando estés conduciendo, y quieras shazamear la canción que está sonando en la radio, ya no hará falta que saques el móvil y te pongas en peligro (a ti y a los que te rodean), sino que podrás identificar la canción directamente desde el navegador.
Y no es ninguna tontería. Según los datos que nos facilitó Seat durante la demostración, nada menos que el 70% de los usuarios utilizan la aplicación de Shazam... ¡mientras están al volante! Eso quiere decir que siete de cada diez personas que utilizan esta app lo hacen al volante, mientras están en marcha, de manera que lo que la marca ha presentado es algo que va mucho más allá del entretenimiento: se trata de una integración que apuesta por la seguridad.
A través de Android Auto o Apple CarPlay (es decir, con el teléfono conectado por cable al coche -aunque recordemos que Google ya trabaja en permitir la conectividad vía inalámbrica-), Shazam ahora se mostrará en el navegador de los coches de Seat de tal forma que, con una pulsación en la pantalla, podrás reconocer qué canción está sonando para almacenarla en la aplicación de tu teléfono y así poder consultarla en cualquier otro momento (cuando te bajes del coche, por ejemplo).
De hecho, desde la aplicación de Seat en el móvil no solamente puedes ver una lista de todas las canciones que has shazameado durante el viaje, sino que incluso habrá un mapa que te mostrará en qué sitio escuchaste esa canción. Es decir: imagínate que justo al pasar por la Gran Vía de Madrid sonó en la radio un temazo de Red Hot Chili Peppers, pero tienes varias canciones más del mismo grupo en la lista y no sabes cuál es: desde el mapa, la app te dirá qué canción sonó cuando pasaste por esa calle.
De este tema, y de muchas otras cuestiones relacionadas con el coche conectado, hemos tenido la oportunidad de hablar con Leyre Olavarría, Manager de Connected Car de Seat. Leyre nos ha explicado la apuesta de Seat no solamente por el coche del futuro, sino también por el coche del presente. La marca piensa tanto en el futuro como en el presente, porque... si ya hay muchas tecnologías interesantes al alcance de la mano, ¿por qué no aprovecharlas?
El coche conectado ya está entre nosotros, y en el mundo del motor lo estamos viendo tanto en el apartado del entretenimiento como en el de la seguridad. Especialmente en este último, el cual resulta fundamental para salvar vidas. Pero, ¿están listas las ciudades para aprovechar toda esta tecnología de los coches? "Una cosa es que tú conectes el coche, pero si la infraestructura no está conectada, si el resto de los coches no están conectados, el coche habla pero prácticamente lo hace con eco porque nadie le responde", nos comentaba Leyre al respecto de esta cuestión durante la entrevista.
"El gran reto es que todos vayamos al mismo ritmo implementando y haciendo las inversiones", aunque Leyre reconoce que se trata de un reto mucho mayor para los organismos que gestionan las infraestructuras: "la inversión en infraestructura no tiene nada que ver con la inversión que tenemos que hacer como Seat en la parte de automoción". "Todos los jugadores de este nuevo ecosistema tenemos que alinearnos para llegar a la vez y, sobre todo, decidir dónde van las prioridades", concluía al respecto.
El futuro: 5G, inteligencia artificial y ciudades inteligentes
El futuro del automóvil pasa, a todas luces, por el 5G. Leyre nos ha hablado de los planes que tiene Seat al respecto de aprovechar esta tecnología de datos para sus coches, y nos ha comentado que este mismo año comenzarán a hacer demostraciones con coches prototipo con 5G y la infraestructura necesaria para conectarlos entre ellos. Se trata de un acuerdo con Telefónica para demostrar y, también, investigar las ventajas del 5G en el mundo del motor.
"De cara al año que viene estamos trabajando con la ciudad de Barcelona para crear una ciudad europea del 5G, un laboratorio viviente donde se puedan hacer pruebas", señalaba Leyre. De cara al futuro, y dejando a un lado la conectividad, nos comentaba que "todo pasa por el siguiente futuro: que el propio coche sea inteligente, y que a través del Seat ID sea capaz de reconocerte nada más subirte a bordo". La inteligencia artificial, sin duda, jugará un papel clave en este desarrollo.
NVIDIA enseña a conducir a un coche autónomo con aprendizaje profundo
En cuanto al coche autónomo, Leyre cree que la llegada de los vehículos sin conductor será escalonada, y desde luego no vendrá de un día para otro: "es muy difícil decir que desde X año van a llegar los coches autónomos", señalaba, "de hecho, ya hay funcionalidades autónomas en los coches actuales, y lo que se va a ir haciendo es ir añadiendo funcionalidades para darle cada vez más autonomía al coche".
¿Y qué hay del coche compartido? Aprovechando que la compañía quiere dedicar más esfuerzos a otras áreas más allá del motor (la parte del software o las alternativas de movilidad, por ejemplo), Seat ha creado recientemente Xmoba, una empresa cien por cien participada por la marca pero que trabaja de forma independiente. Y uno de sus primeros hitos ha sido la compra de Respiro, el servicio de car sharing que opera en grandes ciudades como Madrid.
A este respecto, le preguntamos a Leyre si cree que el coche compartido supone de alguna forma una amenaza para el coche en propiedad: al fin y al cabo, una persona que usa únicamente un coche compartido está dejando de ser un cliente potencial para una empresa como Seat. Quizás no tanto a día de hoy, con muchas generaciones que todavía no han descubierto este concepto de movilidad, pero... ¿y de aquí a 20, 30 o 50 años?
"Te diría que nunca lo va a sustituir al cien por cien, al menos a corto plazo; el coche compartido tiene muchísimo sentido en zonas urbanas, pero en zonas más aisladas llegará mucho más tarde", y añade, "hay gente a la que le gusta conducir y que va a querer seguir conduciendo, disfrutar de hacer rutas", algo que por cierto también sería perfectamente aplicable para los vehículos sin conductor.
Dejando eso a un lado, y además del anuncio de la llegada de Amazon Alexa a los coches de Seat (para verlo en España tendremos que esperar a que Amazon lance su asistente en español, pero lo importante es que los coches de la marca ya están listos para su llegada), lo realmente llamativo del paso de esta compañía por la cita anual de la feria tecnológica más grande de España fue el Seat León Cristóbal. Es lo más cerca a un ángel de la guarda con cuatro ruedas que hemos visto nunca.
Seat León Cristóbal: así se imagina Seat el coche seguro de un futuro no tan lejano
El León Cristóbal fue presentado por Seat a finales del año pasado, y se trata de un concepto de un coche conectado que incorpora nada menos que 19 asistentes diferentes para aumentar la seguridad al volante. Al coche autónomo todavía le queda un tiempo hasta que llegue a nuestras vidas, pero con tantas tecnologías que hay ahora mismo en el mundo, ¿por qué no adelantarnos a su llegada con un vehículo que incorpore lo mejor en materia de seguridad? Esa es la filosofía en la que Seat se basó para dar vida a este concepto.
Hemos tenido la oportunidad de conocer más a fondo lo que trae este vehículo, y hemos visto que incorpora toda una variedad de asistentes, tecnologías y componentes diseñados con el foco en la seguridad. Eso incluye desde una cámara -diseñada por eyeSight- que apunta al conductor y registra cualquier comportamiento anómalo durante la conducción (nos contaban que en un futuro la idea es que este sistema permita prohibir la conducción a una persona que ha tomado drogas (mediante el análisis del tamaño de la pupila)) hasta una app para que los padres puedan evitar que sus hijos superen una determinada velocidad con el coche.
Y hay más. Había también en la demostración un alcoholímetro diseñado para conectarse con el coche de tal forma que, si soplas y superas la tasa permitida, el vehículo no te permitirá iniciar la marcha; un sistema de alerta que hace vibrar el asiento si vas a abrir la puerta y resulta que justo detrás se acerca un ciclista o una moto; un sistema de alerta para olvides que te dejes ningún ser vivo dentro al dejar el coche aparcado... en resumen, todo un abanico de funciones que, ante todo, lo que buscan es salvar vidas.
El León Cristóbal es un concepto, y eso quiere decir que la idea de Seat no es llevar esos 19 asistentes de los que hablábamos al comienzo a un coche de calle: en lugar de eso, lo que pretende la marca es, por un lado, mostrar las tecnologías que ya están a su alcance y, por el otro, generar debate entre las autoridades para que empiecen a mover las regulaciones necesarias para implementar en el mercado estos sistemas.
Durante la demostración nos ponían como ejemplo el caso de las cámaras que lleva el coche para registrar todo lo que ocurre delante (las famosas dash cams): nos decían que la ley en España permite llevar estas cámaras en el coche, pero si quieres utilizar una grabación para -por ejemplo- reclamar ante el seguro en un accidente de tráfico, primero has de pedir la autorización del conductor del otro vehículo para usar su imagen. Desde luego, es algo que no tiene sentido.
De esta forma, al incorporarlo en su concepto del León Cristóbal Seat pone el debate sobre este aspecto de las cámaras que funcionan a modo de caja negra en los coches. Ahora le toca mover ficha a las aseguradoras y los organismos públicos, y eso es aplicable para cualquiera de las otras tecnologías de seguridad en el coche que nos ha mostrado la marca durante el Mobile World Congress.
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