Si necesitas excusas, estos son los motivos científicos por los que deberías ir a la playa

Llega el verano, y con él las distintas opciones a la hora de ir de vacaciones: la playa, la montaña, turismo urbano y más. Hay muchas opciones, pero ¿cuál es la mejor? Según la ciencia hay beneficios de ir a la playa que debes tener en cuenta.

El mar tiene un efecto importante sobre nuestro organismo, y no sólo por el sol y la sal, sino también por las consecuencias psicológicas de encontrarte ante una gran masa de agua.

Aunque suene sorprendente, el efecto mental de ir a la playa puede reducir el estrés, el riesgo de depresión e incluso mejorar la creatividad. Así lo prueban diversos estudios científicos.

Quizás ya no llegues a tiempo para este verano, pero ¿quién dice que no podrás hacerlo el año que viene?

El espacio azul: por qué nos gusta la playa

La clave de los beneficios de la playa está en el concepto de espacio azul. Una gran masa de agua de este color tiene un efecto positivo que no tiene, por ejemplo, un espacio verde.

Es por eso que si lo que buscas es relajarte y liberar estrés, es mejor ir al mar o a un lago que al bosque. Claro está que depende en parte de la persona, aunque también puedes optar por visitar un lugar que tenga ambas cosas.

Hay investigaciones que incluso van más allá, afirmando que incluso en entornos urbanos puede tener un impacto positivo tener a la vista uno de estos espacios azules.

Este consejo puede ser contraintuitivo, ya que habitualmente se asocia al bosque con la tranquilidad, aunque no es necesariamente así.

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Tus pulmones te lo agradecerán

Además de los beneficios mentales que puedan tener la playa y el mar, también hay otros aspectos a tener en cuenta en un plano más físico.

Ha sido sobradamente demostrado que respirar aire marino es bueno para los pulmones y la respiración, mejorando la capacidad pulmonar y reduciendo de paso la posibilidad de sufrir enfermedades como la fibrosis.