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¿Son realmente felices las naciones más felices del mundo? Un estudio lo cuestiona

Andrea Núñez-Torrón Stock

Felicidad en el bosque

Depositphotos

En los países más felices del mundo acontece un curioso fenómeno: el hygge y la elevada calidad de vida se oscurecen por la presión social de la felicidad, según una nueva investigación publicada en Scientific Reports. 

"La felicidad no es un estado de conciencia, sino los momentos irrepetibles de la vida". No es un refrán, sino una frase de Joaquín Sabina. El problema es que en el empeño por buscarla a marchas forzadas, muchas personas de las naciones más felices del mundo se ven abocadas a fracasar. 

La presión por el placer, el bienestar y la alegría debilitan su salud mental, tal y como descubre un estudio analizado en The Conversation. 

Dinamarca encabeza las clasificaciones de países más felices del mundo, un cóctel de factores que obedece a la atención médica y educación gratuita, apoyo a las familias y a la conciliación laboral, jubilación cubierta, las actividades al aire o la conexión con la naturaleza existe un contrapeso a las altas cotas de bienestar: las personas que no son felices se sienten más presionadas a serlo.

La pregunta es: ¿qué pasa si luchas por encontrar o mantener la felicidad en un mar de personas supuestamente felices?

Un nuevo estudio, publicado en Scientific Reports, arroja algo de luz sobre el fenómeno, concluyendo que precisamente es más probable experimentar un bienestar deficiente en los países que ocupan los primeros puestos en los rankings de felicidad internacional. 

Poner el listón muy alto en términos de felicidad propicia que mucha gente no se vea a la altura, desencadenando un efecto opuesto.

"Nuestra investigación anterior demuestra que mientras más personas experimentan presión para sentirse felices y no tristes, más tienden a experimentar depresión", explica Brock Bastian, profesor de la Escuela de Ciencias Psicológicas en la Universidad de Melbourne (Australia). 

Los anteriores estudios se centraron en regiones concretas como Australia o Estados Unidos, mientras que esta última decidió poner la lupa sobre los efectos a lo largo y ancho del globo, encuestando a 7.443 personas de 40 países sobre su bienestar emocional, satisfacción con la vida (bienestar cognitivo) y quejas sobre el estado de ánimo (bienestar clínico). 

Los autores establecieron una comparativa de estas medidas de bienestar con su percepción de la presión social para sentirse positivos.

Salud mental resentida por unas cotas de felicidad muy altas

Confirmando las conclusiones de hallazgos previos, al sentir presión para ser felices y evitar la tristeza, la salud mental se resiente. 

Lo que encontramos confirmó nuestros hallazgos anteriores. En todo el mundo, cuando las personas informan que sienten presión para experimentar la felicidad y evitar la tristeza, tienden a experimentar deficiencias en la salud mental: menor satisfacción con su vida, más emociones negativas y mayores niveles de depresión, ansiedad y estrés.

Poniendo en consonancia los resultados con las 40 regiones estudiadas en elÍndice Mundial de Felicidad, recopilados por la Encuesta Mundial Gallup, entendieron que la relación entre presión social sobre los individuos y su bienestar es más fuerte en los países líderes, como Dinamarca.

Los resultados no quieren decir que las personas no sean felices en dichos territorios, sino que la presión les conduce a un menor bienestar, siendo un indicador especialmente predictivo de una mala salud mental.

Las expectativas sociales son evidentes no solo en lo explícito sino en lo sutil, como el mayor contacto social o la participación en actividades placenteras. Cuanto más presume una nación del bienestar, más elevadas son las expectativas sociales que sacuden a las personas más sensibles a padecer problemas de ansiedad o depresión. 

"Es bueno ser sensible acerca de cómo nuestra expresión de emociones positivas puede afectar a los demás", apunta Bastian, que recomienda positividad en las interacciones, pero también rebajar el tono y ser consciente de cómo estas expresiones afectan a los demás. 

El autor del artículo también subraya la importancia de responder adecuadamente a las emociones negativas, centrándose en más factores como el significado y la conexión interpersonal. No solo importa la felicidad, sino la apertura y seguridad que se brinda a todas las personas que conforman una sociedad.

Este artículo fue publicado en Business Insider España por Andrea Núñez-Torrón Stock.

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