El truco infalible para limpiar la vitrocerámica y dejarla reluciente

Si quieres recuperar el brillo de tu vitrocerámica, toma nota de este truco infalible y conseguirás dejarla reluciente utilizando un producto económico que ya tienes en casa.
La vitrocerámica ha conquistado nuestras cocinas y en la actualidad la encontramos en multitud de hogares. Presenta algunas ventajas frente a la cocina de gas, y una de las más destacadas es que resulta más fácil de limpiar, ya que se trata de una superficie lisa.
A pesar de que su limpieza resulta bastante sencilla, es importante utilizar los utensilios adecuados para llevarla a cabo, ya que se puede dañar con facilidad si empleas estropajos u otros elementos abrasivos. Para retirar la suciedad hay que usar una rasqueta apta para vidrio que no arañe la superficie, paños suaves y productos indicados para la limpieza de la vitrocerámica.
Pero, aunque cuides tu vitrocerámica con mucho mimo, el uso y el paso del tiempo va haciendo mella y es posible que haya perdido el brillo. Esto sucede especialmente en el interior de cada uno de los quemadores, que debido al roce de las ollas y las sartenes puede lucir opacado.
Afortunadamente tienes a tu alcance un truco infalible para limpiar la vitrocerámica que te sorprenderá por su eficacia. Para ponerlo en práctica solo necesitas un ingrediente que todos tenemos en casa, así que además no vas a tener que invertir dinero en caros productos de limpieza.
Para dejar tu vitrocerámica reluciente, lo único que te va a hacer falta está en tu cuarto de baño. Hablamos de la pasta de dientes, que resulta ser un limpiador muy efectivo para esta superficie, especialmente las variedades que tienen bicarbonato.
Lo primero que tienes que hacer es limpiar bien la vitrocerámica. Para ello, puedes pasar un paño con vinagre blanco de limpieza, y después usar una rasqueta para retirar la suciedad que haya podido quedar acumulada.
A continuación, seca la superficie y aplica la pasta de dientes con un paño suave haciendo círculos, prestando especial atención a las zonas más afectadas. Ten paciencia y extiende bien el producto haciendo presión. Luego, pasa la rasqueta de nuevo y retira los restos de pasta de dientes.
Si quieres conseguir un acabado todavía más brillante, puedes aplicar un poco de alcohol de limpieza y secarla después con un paño o con papel de cocina.
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Descubre más sobre Sandra Arteaga, autor/a de este artículo.
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