Cómo elegir un casco de protección para bicis y VMP que esté homologado

Son más baratos y, aparentemente, más sencillos que los de moto; pero eso no significa que sean menos importantes o que sirva cualquiera. El uso del casco es obligatorio para ciclistas y lo será para usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (VMP) a partir del 21 de marzo. Pero, ¿qué requisitos debe cumplir un casco homologado para bicis o patinetes eléctricos?

Datos recopilados por la Dirección General de Trágico (DGT) entre 2006-2015 revelan que las lesiones cerebrales son las más frecuentes entre los ciclistas fallecidos en accidentes de tráfico.

Los golpes en cabeza por caídas en bicicleta, patinetes eléctricos, segway, monopatines... provocan lesiones tanto físicas como psicológicas que en muchas ocasiones son irreversibles. La única protección es el uso de un casco homologado.

"Los cascos se han diseñado para evitar daños por fracturas en el cráneo por impactos severos en la cabeza", explica Javier Villacorta, ingeniero experto en seguridad pasiva e investigador de la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía (CIDAUT).

Las fracturas por impacto son las lesiones más frecuentes, "pero desde hace años sabemos que hay otro tipo de daños producidos por rotaciones violentas de la cabeza –por una brusca deceleración, por ejemplo– que pueden producir roturas internas en el cerebro", añade Villacorta.

Cómo reconocer un casco homologado

Varias son las claves que ayudan a reconocer un casco para bicis y VMP homologado.

La primera es el material con que está construido. Un casco homologado debe tener interior de poliestireno expandido (un tipo de corcho que absorbe el impacto en caso de accidente). Este debe estar recubierto por una carcasa de policarbonato que evita que el interior se desprenda si se produce un golpe.

También hay cascos con carcasa de plástico duro (ABS) e interior de poliestireno expandido; estos no llevan aberturas por lo que ventilan peor. Los expertos señalan que son menos resistentes a los golpes.

La segunda hace referencia a las dimensiones:

• el frontal cubre la frente, pero sin llegar a reducir la visibilidad
• la parte trasera tiene que cubrir la cabeza, hasta la nuca
• en el lateral, las orejas deben quedar descubiertas; esto evita que se reduzca la capacidad auditiva y ayuda a colocar las gafas

Además, en la parte delantera, un casco de bicis y VMP homologado llevará rejilla anti-insectos. 

En la trasera, una luz roja de posición (este elemento es recomendable, pero no obligatorio).

Casco homologado y adecuado

Que un casco esté homologado (que cumpla todos los requisitos anteriores) no supone que sea adecuado para cada conductor. El casco adecuado es que el se adapta perfectamente al tamaño de la cabeza del usuario.

Existen una serie de recomendaciones para elegir el casco perfecto y, sobre todo, colocarlo correctamente.

La talla es fundamental. Antes de comprar un casco es imprescindible medir el contorno de la cabeza con una cinta métrica, por encima de las cejas. La medida debe coincidir con la que indica el fabricante en la talla del casco. 

Para saber si este elemento de protección está correctamente colocado hay que comprobar que queda ajustado a la cabeza; es decir, no debe bailar sobre ella, pero tampoco tiene que quedar demasiado ajustado.

Las correas del casco pasan entre las orejas y se ajustan bajo la mandíbula. Para saber que está lo suficientemente apretado comprueba que puedes abrir la boca con cierta resistencia. 

Un último consejo: si usas gafas, recuerda que siempre debes ponerlas por encima de las correas. La razón: si sufres una caída, las gafas saldrán despedidas y no podrán dañarte la cara y los ojos.

Recuerda que con la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial no usar un casco de protección en los casos en los que es obligatorio o no llevarlo correctamente colocado se sanciona con 200 euros y la pérdida de cuatro puntos del permiso de conducir (en el caso de bicis y VMP solo se aplica la sanción económica).

La multa es la misma que contempla la nueva Ley por el no o uso o uso inadecuado del cinturón de seguridad. 

Este artículo fue publicado en Autobild por Noelia López.