Despega con éxito el primer avión eléctrico comercial del mundo
El pasado martes en Vancouver, Canadá, completó con éxito su primer vuelo el primer avión eléctrico comercial del mundo. Como exclamó durante la presentación del evento el CEO de la empresa fabricante y piloto de este primer vuelo, Greg McDougall, se inicia así la tercera era de la aviación. La evolución tecnológica más importante de los últimos 70 años.
Desde que los primeros aviones remontaron el vuelo, hace más de un siglo, hemos vivido dos eras: la de los motores de hélice, y la de los motores a reacción. Ahora es el turno de los motores eléctricos.
Este primer avión eléctrico comercial es, en realidad, un hidroavión de seis plazas. Se llama ePlane y está basado en el DHC-2 de Havilland Beaver, modificado para albergar un motor eléctrico magni500 que alcanza los 750 caballos de potencia (560 kW).
Ha sido fabricado por la empresa canadiense Harbour Air, la mayor compañía de hidroaviones del mundo. Ya está construyendo toda una flotilla de hidroaviones eléctricos que se usarán para transportar pasajeros desde el continente a las numerosas islas habitadas cercanas a las costas de Canadá.
Los motores eléctricos para aviones ya ofrecen una potencia similar a los de combustible. Además de no contaminar, tienen otra ventaja muy importante para un avión: hacen mucho menos ruido. Como ocurre con los coches eléctricos, al tener menos piezas su mantenimiento es más barato, y se estropean menos. Y se ahorra mucho dinero en combustible. Con un avión eléctrico, viajar de Madrid a Barcelona solo cuesta 15 euros en electricidad.
Por desgracia, sufren un importante hándicap: su autonomía es muy limitada. Muy pocos superan los 125 o 150 kilómetros. Por eso este hidroavión eléctrico se ajusta como un guante a sus características: sus vuelos a las islas cercanas apenas duran unas docenas de kilómetros, así que pueden ir y volver transportando hasta seis pasajeros, sin ningún problema.
La ventaja del motor eléctrico magni500 que usa este hidroavión, es que se puede instalar en aviones de combustible que ya están en funcionamiento. Harbour Air lo va a utilizar en toda su flota de hidroaviones ya existentes, así como en los nuevos que fabrique.
Aún hace falta trabajar más en la autonomía antes de que los motores eléctricos lleguen a los aviones de las aerolíneas. La NASA ya está en ello...
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