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Gumpert Nathalie, el primer coche eléctrico que funciona con alcohol

Gumpert Nathalie: el coche eléctrico revolucionario

Los coches eléctricos prometen un futuro sin emisiones contaminantes, pero aún arrastran dos limitaciones importantes: su autonomía, y el tiempo de recarga. El deportivo Gumpert Nathalie propone un solución: es el primer coche eléctrico que funciona con alcohol.

No se trata de echarle ginebra al depósito de combustible: el Gumpert Nathalie utiliza metanol, un tipo de alcohol muy básico, también llamado alcohol de madera o, más comúnmente, alcohol de quemar.

Pero, un momento. ¿No habíamos dicho que el Gumpert Nathalie es un coche eléctrico? ¿Entonces cómo es que funciona con combustible? Tal como nos cuentan en Top Gear, la clave está en que su motor no quema el alcohol: lo convierte en hidrógeno.

El metanol del depósito de combustible se transforma en hidrógeno sin liberar emisiones contaminantes. Este hidrógeno alimenta la pila de hidrógeno, que se convierte en electricidad para mover el motor eléctrico. Así que básicamente tenemos un coche híbrido que funciona con metanol, hidrógeno y electricidad.

La ventaja de esto es que el metanol es mucho más fácil de almacenar que el hidrógeno, y además se podría recargar en cualquier gasolinera. Y ofrece mucha más autonomía que una batería eléctrica o una pila de hidrógeno: puedes recargar el depósito del Gumpert Nathalie con 65 litros de metanol en 3 minutos, y obtienes una autonomía de 820 Kilómetros, con cero emisiones.

El resto de números son igual de impresionantes. Posee cuatro motores eléctricos situados en cada una de las ruedas del coche, con una potencia conjunta de 544 CV y 1.000 Nm de par, pudiendo acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y con una velocidad máxima de 300 km/h. Un auténtico superdeportivo.

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Parece la solución perfecta a los tiempos de recarga y la autonomía de los coches eléctricos, pero tiene un importante hándicap: el metanol es un combustible tóxico e inflamable, y fabricarlo contamina.

El nuevo Gumpert Nathalie, el primer coche eléctrico que funciona con alcohol, costará 407.000 euros antes de impuestos, y solo se fabricarán 500 unidades.

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