Hashima, la isla fantasma comprada por Mitsubishi que llegó a ser la más poblada del mundo
La Isla de Hashima, en la prefactura de Nagasaki, es una de las 500 islas deshabitadas que hay en esta región costera de Japón. Pero la isla fantasma de Hashima es especial. Hace apenas 50 años llegó a ser el lugar más densamente poblado del planeta. Pese a su escaso tamaño, apenas 480 metros de largo por 150 metros de ancho, llegaron a vivir casi 6.000 personas. ¿Por qué se acumuló tanta población, y por qué quedó deshabitada en apenas dos meses?
A lo largo de su historia la isla japonesa de Hashima ha tenido varios nombres. Durante una época se la llamó Gunkanjima, que significa la Isla del Acorazado, porque fue completamente cubierta por muelles y muros para proteger los edificios de las tempestades y tifones. Los lugareños también la llamaban la isla sin verde, porque estaba prácticamente cubierta de cemento y hormigón.
Tal como nos cuenta nuestra compañera Noelia López de Auto Bild, el destino de Hashima quedó sellado cuando la isla fue adquirida por el hoy fabricante de automóviles Mitsubishi, en 1885. ¿Qué ocurrió?
Muchas compañías centenarias no se dedicaban a lo mismo que ahora hace cien años. En sus inicios Samsung vendía pescado seco y fruta, IBM llegó a fabricar armas en la Segunda Guerra Mundial, y Nokia vendía... papel higiénico.
En 1885 Mitsubishi se dedicaba a la minería, entre otras industrias. Buscando carbón en el lecho marino de Nagasaki descubrió una enorme veta del mineral justo debajo de la Isla de Hashima, que por aquel entonces estaba deshabitada. Así que la compró.
Lo primero que hizo fue amurallar la isla, reforzando los muelles y la costa, para protegerla de huracanes y tormentas. Después construyó casas para traer a los mineros y sus familias que trabajarían en la extracción del carbón. En solo 480 metros de largo por 150 metros de ancho llegaron a vivir casi 6.000 personas en 150 edificios. Con una densidad de población de 83.500 personas por kilómetro cuadrado, era la isla más densamente poblada del mundo.
En Hashima se construyó el primer edificio de hormigón de Japón, y en 1917 presumía del edificio más alto del país. Durante décadas, especialmente durante las guerras mundiales y los conflictos con China y Rusia, se llegaron a extraer 410.000 toneladas de carbón al año, convirtiendo a Hashima en uno de los motores económicos de Asia.
Pero a mediados del siglo XX, el carbón fue sustituido por el petróleo. El mineral dejó de interesar, y la Isla del Acorazado entró en declive. En 1974 Mitsubishi cerró la mina, y apenas dos meses después ya no quedaba nadie viviendo allí. Así es en la actualidad:
Hoy Hashima es Patrimonio de la Humanidad. Mitsubishi la donó al gobierno de Nagasaki, que está llevando a cabo un estudio para evitar que los edificios de hormigón se derrumben, corrompidos por la sal.
Testimonio de una época no tan lejana, la isla fantasma de Hashima es uno de los grandes símbolos caídos de la industria del carbón.
Mitsubishi, en cambio, supo adaptarse. Cambió la minería por otros negocios, desde los coches a la banca o la energía nuclear, y hoy en día es una de las empresas japonesas más importantes.
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