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Lunaz es una empresa que electrifica coches clásicos para darles una segunda vida eco-friendly

Rolls-Royce Phantom V

Ver circular a un coche clásico es una momento único, la gente por la calle se gira para verlos. Su belleza es indiscutible, sean grandes reliquias del pasado o no. Pero en un mundo cada vez más electrificado, y con coches que ya acumulan muchas décadas de funcionamiento a sus espaldas, una empresa llamada Lunaz se ha propuesto dar una segunda vida a estos vehículos para evitar que acaben siendo simplemente parte de un museo. 

David Lorenz, fundador de esta nueva start-up, lleva años conduciendo coches clásicos. Los mimos que requieren estos vehículos para poder aguantar un simple paseo por la carretera hacen que su vida útil se deteriore por momentos. Pensando en que la generación de su hija seguramente ya no podrá disfrutar de estas joyas, Lorenz decidió tomar la iniciativa y buscar una solución. Así nació esta empresa que electrifica coches clásicos para darles una segunda (o tercera) vida.

Bajo el nombre de Lunaz, esta empresa trabaja actualmente en dos coches clásicos: un Jaguar XK120 y un Rolls-Royce Phantom V. Dos coches con dos interiores muy distintos: el XK120 de Jaguar, tiene un sistema de motor gemelo que puede generar 700NM de torque y estará alimentado por un paquete de baterías de 80 kWH, mientras que el Phantom V de Rolls-Royce, el más grande, tendrá una batería de 120 kWH.

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La empresa de Lorenz ha querido abrazar un enfoque distintos al resto de compañías que también se dedican a convertir coches clásicos en eléctricos. Para ello han querido respetar el Reglamento 100 de la CEPE, que establece los requisitos de seguridad para trenes de potencia eléctricos establecidos por las Naciones Unidas.

En este aspecto, al encenderse el coche toma 192 mediciones de voltaje y verifica la temperatura en 96 puntos a través de los paquetes de baterías. También impide que se puedan pisar el freno y el acelerador a la vez, cosa que podría suponer un peligro. Todos estos cambios requieren un tiempo de desarrollo amplio, lo cual implica que los primeros coches de Lunaz no estarán listos hasta 2020. 

Pero en estos coches clásicos eléctricos no sólo se modifica el conjunto que se esconde bajo el capó –aunque el diseño se ha respetado lo máximo posible–, sino que también están intentando adaptar estos vehículos a las nuevas necesidades, por ejemplo, colocando bolsillos en las puertas pensados para dispositivos inteligentes como móviles y tabletas, así como la pantalla táctil integrada en el salpicadero y que admite tecnologías como la navegación por satélite o la transmisión de música a través del Bluetooth.

Estos modelos de coches que por ahora sólo la familia Real Británica se permite usar más a menudo en eventos oficiales, tendrán una segunda vida por un valor inicial de 330.000 libras esterlinas, que equivalen a 386.545 euros. Lunaz planea escalar lentamente este negocio hasta llegar a los 100 automóviles para el año 2025. 

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