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Mazda ha hecho que su primer coche eléctrico sea lento a propósito, y tiene mucho sentido

Mazda MX-30

El futuro es de los coches eléctricos. Aunque no todas las compañías se han subido aún al tren de esta revolución, sobre todo esperando baterías con una mayor autonomía, poco a poco se van sumando más y más marcas "tradicionales". Hace unos meses, Mazda presentó su MX-30, su primer vehículo eléctrico que es más lento de lo que puede... ¡a propósito!

El Mazda MX-30 es un SUV que, como os contamos en su presentación, sacrifica autonomía para ofrecer un diseño muy singular. Sí, tiene las líneas de un SUV, pero cuenta con unas líneas muy elegantes (típicas de los vehículos de Matsuda) y un diseño de puertas invertidas que lo convierten en algo especial.

En la presentación no se dieron detalles ni de la potencia ni de la velocidad máxima, pero sí de una autonomía de unos 200 kilómetros como máximo gracias a una batería de 35,5 kWh. A todas luces, es algo muy escaso, y además no "correrá" tanto como podría debido a una limitación de aceleración instalada por Mazda.

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El término ''Mii convencional, pero electrificado'' no podría ser más acertado. El Mii Electric pesa 299 kg más que el Mii convencional y con 1.235 kg y un motor eléctrico de 61 kW, equivalente a 83 CV, es más que suficiente para la ciudad.

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Como podemos leer en Electrek, es algo deliberado por parte de los ingenieros de Mazda, que han limitado la potencia del MX-30 para que el par motor no sea tan violento como podría y, así, asimilarse a un SUV de combustión. El objetivo es, por tanto, que no haya muchas diferencias entre conducir un Mazda eléctrico y uno de combustión.

Ahora bien, ya tenemos más detalles de la potencia y, definitivamente, dejan ver que algo "pasa" en la entrega de potencia. Se espera que la aceleración sea de 0 a 100 kilómetros por hora en 9 segundos con una velocidad máxima de 210 kilómetros por hora en el modelo europeo.

La velocidad máxima, al final, no importa demasiado teniendo en cuenta que no se puede ir a más de 120 kilómetros por hora exceptuando algunas carreteras, pero la aceleración demuestra que, evidentemente, hay una limitación impuesta por los ingenieros de la compañía japonesa.

Lo "negativo" es que esta limitación elimina uno de los factores más divertidos de un vehículo eléctrico, una entrega de potencia muy singular que permite una mayor aceleración.

Los japoneses son "muy suyos" y los Mazda ofrecen unas sensaciones muy especiales, pero puede que muchos usuarios no vean un atractivo especial en el MX-30 debido a la aceleración y, sobre todo, a la autonomía.

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