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Trucos que deberías seguir para consumir menos combustible en vacaciones

Iván Fombella

Canadá prohibirá vender coches de combustión en 2035 gasolinera
Con los precios de la gasolina y el diésel disparados y más desplazamientos en estas fechas, te damos unos consejos para consumir menos combustible en verano.

Algunos ya los tendrás más que trillados, y otros quizá hasta ahora no pensaras que tienen tanto impacto en su bolsillo. Pero, en cualquier caso, con los precios del carburante tan disparados como se encuentran en la actualidad, nunca está de más repasar los 8 trucos para consumir menos combustible en verano. Con cifras y datos extraídos de fuentes fiables, como el RACE o la OCU, verás que un pequeño esfuerzo puede suponerte un ahorro considerable.

Y más, en un periodo en el que solemos movernos más... y más caro. Porque el calor estival implica un abuso del aire acondicionado, viajes hasta arriba de bultos y otras consecuencias que no siempre son tan evidentes. Así que apunta estas 'reglas de oro' para no derrochar.

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Planifica con adelanto

Es importante tener clara la ruta, pues pequeños desvíos pueden acabar añadiendo decenas de kilómetros al contador. Lo bueno es que, donde antes solo tenías el sempiterno mapa de papel, ahora dispones de innumerables aplicaciones, como Google Maps o Waze, que te ayudarán en la tarea. Pero también hay otras cosas más específicas que puedes programar, como la gasolinera más barata que encontrarás en el camino o en tu destino. Muchas aplicaciones y webs ya te las indican en tiempo real.

Aligera y evita pesos innecesarios

En carretera, los kilos de más se traducen en euros de más. Y solo 100 pueden aumentar tu factura en un 6%, según el RACE. Así que piensa bien si de verdad vais a necesitar todas esas cosas o si algunas que llevas en el maletero por defecto no podrían quedarse en casa. Además, si llevas baca, que sepas que no solo consume por el peso, sino también por su mayor resistencia aerodinámica. Una vez llegados al destino, quítala lo antes posible.

Optimiza la presión de los neumáticos

Es verdad que en verano debemos llevarlos más 'bajos' de lo normal, porque de lo contrario aumenta el riesgo de pinchar. Pero no te pases. Que esté en la zona inferior de lo recomendado por el fabricante (lo encontrarás en una pegatina en el vano de la puerta o en el tapón de la gasolina), pero nunca por debajo. Además, si viajas muy cargado tendrás que aumentar la presión, por lo que una cosa se compensa con la otra. En fin, calibra bien: 0,5 bares menos de lo correcto suponen un aumento del consumo de un 2% en áreas urbanas, y de un 4% en interurbanas, según el RACE.

Usa bien las marchas

Esto vale para todas las estaciones. Por de pronto, usa la primera solo para arrancar. Tras dos segundos o apenas 6 metros, cambia ya a segunda. Después, a ser posible utiliza relaciones largas (sin abusar). Cambia entre las 1.500 y 2.500 rpm en los diésel, y entre las 2.000 y las 2.500 rpm en los gasolina. Y, en carretera o autopista, procura mantenerlo siempre a unas 2.000-2.200 revoluciones. Lo más práctico para ello es usar el control de velocidad (ahorra entre un 7 y un 10%) y, si tu coche dispone de ello, el modo Eco.

Conduce con suavidad

Otra independiente de la temporada. Pero, dado que en verano tendemos a hacer más viajes largos, es pertinente decirlo. Evita las aceleraciones bruscas, los tirones y, en la medida de lo posible, los frenazos. Usa el freno motor siempre que puedas. Y procura aprovechar la inercia en las bajadas. No pises el embrague (al contrario de lo que puedas creer, es contraproducente para el consumo), pues con solo dejar de apretar el acelerador con una marcha engranada, apenas estará entrando combustible a los cilindros.

Apaga el motor en paradas largas

Sabemos que la tentación de quedarse dentro con el aire acondicionado a tope es fuerte. Pero plantéate sentarte fuera, en algún banco a la sombra, o bajar la ventanilla. Aquí sí que sin duda vale la pena, porque un coche parado en punto muerto puede consumir hasta 1 litro de gasolina a la hora con el climatizador encendido. Y, si eso no es bastante, piensa en el cambio climático.

Saca el máximo partido del aire acondicionado

Mantener bien refrigerado el habitáculo es muy necesario, como te hemos explicado en este y otros artículos. No ya por comodidad, sino también por seguridad, pues el calor y la deshidratación producen somnolencia, y son casi tan peligrosos como el alcohol. Pero no conviene derrochar, porque ya sabes que consume combustible. ¿La temperatura ideal? Entre 21 y 23 grados. En ciudad, lo mejor es circular con las ventanillas bajadas, mientras que en carretera, por la resistencia del aire, es mejor tirar de climatizador. Para hacer trabajar menos al aparato, usa parasoles y, al ir a entrar al coche después de dejarlo al sol un rato, deja unos minutos las ventanillas abiertas de manera que se forme una corriente y descienda la temperatura interior.

Aparca estratégicamente

Volvemos a la planificación. Si es posible, busca un lugar en sombra o un parking subterráneo. Y, en caso de dejarlo durante varias horas en superficie, quizá sea mejor calcular dónde estará el sol cuando regreses que guiarte por su posición en ese momento. Es posible que salga más a cuenta aparcarlo en la acera donde ahora pega con gusto, pero que más tarde estará en sombra.

Este artículo fue publicado en Autobild por Iván Fombella.

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