La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene una gran misión que cumplir: reducir el número de accidentes en carretera mejorando las normas y la seguridad vial. Que si el carnet de conducir, que si la etiqueta, que si las multas, etc. Su trabajo nunca para y por eso se pasan el día actualizándolo.

Dentro de las labores de la DGT también está el distintivo ambiental que dice cuanto contamina nuestro coche según una serie de parámetros que son los que eligen la etiqueta que llevamos en nuestro coche (no demasiados justos para la gran mayoría de conductores). 

Como bien sabes, la etiqueta B es la menos respetuosa con el medio ambiente según la DGT, y por eso llevan un tiempo quitándole permisos, aumentando los impuestos a pagar y poniéndole tasas más altas (como la ITV). No tiene nada que ver la seguridad vial, es un tema ambiental.

Lo que nos han transmitido siempre es que los coches y furgonetas con etiqueta B iban a ir perdiendo derechos de circulación, empezando por las ciudad con zonas de bajas emisiones. ¿Qué hay de cierto eso en pleno 2022 y de cara a futuro?

La etiqueta B podrá circular sin problemas en 2023 por ciudad

Los vehículos con etiqueta B son aquellos que lucen una pegatina amarilla en el cristal delantero. Incluye coches y furgonetas de gasolina matriculadas entre los años 2000 y 2006  y los vehículos diésel matriculados entre 2006 y 2014.

Como recuerdan en Autobild, en el caso concreto de Madrid, los coches con pegatina B pueden acceder a la Zona de Bajas Emisiones, pero no tienen permitido estacionar en la calle (da igual el color de la zona). Para poder aparcar el vehículo deben acudir a un parking público.

Mientras tanto, en Barcelona no hay ningún tipo de restricción por el momento para los vehículos con este distintivo ambiental, por lo que pueden acceder y aparcar en la calle. No hay multas por hacerlo.

Lo que se pueda hacer 2023 si tienes un coche con la etiqueta ambiental B es algo que está por ver en las ciudades que introduzcan la zona de bajas emisiones, pero lo normal es que siguieran el ejemplo de Madrid y Barcelona. Eso sí, de cara a futuro la cosa sí se irá poniendo fea por la DGT.