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Las ondas cerebrales podrían sustituir a las contraseñas

Las ondas cerebrales podrían sustituir a las contraseñas
Un estudio de la Universidad de Binghamton revela que las ondas cerebrales podrían utilizarse para reemplazar a las contraseñas y a la identificación biométrica.

Un estudio que ha llevado a cabo la Universidad de Binghamton en Nueva York certifica que las ondas que emite el cerebro como reacción a determinadas palabras pueden ser utilizas en el futuro para reemplazar a las contraseñas y a otros métodos biométricos, como las huellas dactilares. 

La búsqueda de nuevos sistemas de identificación personal para mejorar la seguridad de nuestros dispositivos, así como para proteger nuestra información privada, no cesa y no paran de presentarse innovaciones en este campo. 

Hasta ahora, hemos evolucionado de las contraseñas escritas con código alfanumérico a las huellas biométricas, que nos permiten identificarnos de una manera mucho más segura e inequívoca. El ejemplo más popular son las huellas dactilares, pero también hay otros sistemas biométricos, como el escaneo del iris o la tecnología de reconocimiento facial, entre otros. 

Las ondas cerebrales podrían sustituir a las contraseñas

Los investigadores de esta universidad han observado que las ondas que emite el cerebro como reacción ante determinadas palabras constituyen una huella cerebral propia de cada persona, un dato que puede ser utilizado para identificarnos de manera eficaz e inequívoca. 

Para elaborar el estudio, el equipo ha analizado y grabado las señales emitidas por los cerebros de 45 voluntarios mientras se les leía una lista de 75 acrónimos, del tipo de DVD o FBI.

Los resultados que han obtenido han revelado que el cerebro de cada individuo reacciona de manera diferente ante cada sigla. De esta manera, disponiendo de un equipo informático capaz de reconocer las huellas cerebrales, sería posible la identificación de una persona. 

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El equipo de la Universidad de Binghamton considera que la biometría cerebral resulta más segura y eficaz porque, a diferencia de las huellas digitales, sí se pueden cancelar, sustituir y actualizar. Además, es muy improbable que los hackers puedan robar las huellas cerebrales, y en caso de que se produzca se puede resetear sin problema. 

Debido a la complejidad del sistema necesario para reconocer las ondas cerebrales, los investigadores creen que se aplicará sobre todo en centros de alta seguridad, como el Pentágono. 

[Fuente: EurekAlert!]

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Etiquetas: huella dactilar