Apple se alía con LG para reducir la dependencia de Samsung en su nuevo iPhone
La relación entre Apple y Samsung estos últimos años ha sido de lo más complicada, lo que ha llevado a la gigante norteamericana a buscar nuevas vías de suministro para lograr la independencia del titán surcoreano. Con las pantallas OLED de los nuevos iPhone, Apple se independizará aún más de Samsung.
Los dos gigantes tecnológicos llevan siete años enfrentados debido a diferentes demandas relacionadas con el diseño del iPhone y el primer Samsung Galaxy S. Sin embargo, a la vez eran socios comerciales, ya que los de Cupertino compraban diferentes elementos a Samsung para fabricar el iPhone. Ahora, tras siete años de batallas legales, Samsung y Apple han enterrado el hacha de guerra.
La relación comercial entre grandes empresas, aunque estén enfrentadas en los tribunales, es algo normal en la industria, ya que, en el caso de Samsung, tienen varios departamentos independientes que suministran diferentes componentes. Por ejemplo, los coreanos son unos de los mayores productores de memorias DRAM y, además, controlaban hasta el año pasado el 95% del mercado de pantallas OLED.
Precisamente, gran parte de la producción de las pantallas OLED del iPhone X, que, por fin, dio el salto a dicha tecnología, fueron fabricadas por Samsung. Dichas pantallas, las memorias DRAM y el almacenamiento flash del iPhone X está fabricado, en gran medida, por Samsung, lo que hacía que los coreanos ganaran unos 100€ con cada iPhone X vendido.
Lógicamente, Apple quiere una mayor independencia de cualquier suministrador y, por eso, hace unos meses apostó por LG para que el otro gran productor de pantallas OLED del mercado suministrara parte de los paneles de los futuros iPhone. Esta operación se cerró en 2.700 millones de dólares.
Según fuentes de Bloomberg, los nuevos iPhone contarán con pantallas tanto de Samsung como de LG. Concretamente, serán entre 2 y 4 millones de pantallas OLED las que LG, de manera inicial, suministraría a Apple para la construcción de los nuevos iPhone.
Es una cantidad relativamente pequeña teniendo en cuenta el volumen de iPhone vendidos y que el plan con Samsung fue mucho más ambicioso en un principio, pero es un paso más hacia la no dependencia de Samsung por parte de Apple. En este sentido, los de Cupertino han estado los últimos meses realizando diversos movimientos para controlar aún más la producción de sus dispositivos.
Un ejemplo es la producción de pantallas microLED y, además, la intención de adoptar procesadores ARM para sus nuevos portátiles, algo que afectaría a Intel, el único suministrador en estos momentos. Ahora habrá que ver si hay diferencias entre las pantallas OLED de los iPhone X dependiendo del suministrador, ya que cada una tendrá un tono diferente y una aberración cromática distinta.
Descubre más sobre Alejandro Alcolea Huertos, autor/a de este artículo.
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