Problemas como la depresión están muy extendidos en la sociedad y son distintas las perspectivas que se estudian a la hora de buscarles solución. No siempre se opta en las investigaciones por la medicación, sino que hay formas de atacarla mucho más agresivas.

Un estudio publicado en Nature Medicine toma una vía que resulta muy sensible, pero que también valoran como efectiva: implantes que monitorizan la actividad neuronal en regiones del cerebro y provocan cambios para detener cualquier amago de depresión.

Estos parches están enfocados a la detección de síntomas depresivos y los frenan mediante electroestimulaciones directas en el cerebro.

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Según Andrew Krystal, coautor principal del estudio, han controlado "con éxito la depresión resistente al tratamiento de nuestra paciente al identificar y modular el circuito de su cerebro que está asociado de manera única con sus síntomas".

El caso mostrado es el de una paciente de 36 años que había probado todos los tratamientos sin obtener ningún resultado, hasta la terapia electroconvulsiva. Lo primero que hicieron con ella fue identificar los patrones en el cerebro que relacionan con síntomas depresivos.

Con el implante consiguieron después una "disminución abrupta" de estos síntomas en menos de dos semanas hasta alcanzar lo que han catalogado como una remisión clínica.

Pero, como es evidente, son precavidos y controlan el entusiasmo. Aclaran que "este tipo de procedimiento quirúrgico altamente invasivo solo se usaría en los pacientes más graves con síntomas intratables". Además, tienen que probarlos con más pacientes.

Van a continuar estudiando y probando este tratamiento con otros pacientes, pero de momento los resultados son muy prometedores y puede que ayuden en el futuro a combatir uno de los grandes males de nuestro tiempo.