Logo Computerhoy.com

Científicos imitan con éxito un nuevo material sostenible, biodegradable y el más fuerte conocido hasta la fecha

Científicos imitan con éxito un nuevo material sostenible, biodegradable y el más fuerte conocido hasta la fecha
Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

Tras varios años de desarrollo, por fin podemos decir que los científicos han conseguido imitar con éxito un nuevo material que muy probablemente va a sustituir a otros como el Kevlar en el futuro.

Allá por 2015 se llegó a la conclusión de que el material biológico, es decir, sin necesidad de mezclar compuestos químicos, plásticos, etc. que existía, procedía increíblemente de las lapas, un molusco marino que tiene concha y lo podemos encontrar en las costas del Norte adheridas a las rocas.

Durante esto 7 años, los científicos han tratado de imitar el material, con el objetivo de desarrollar un material parecido para ser usado. Y, efectivamente, lo han conseguido. 

El estudio, publicado en la revista Nature Communications, sugiere que el material podría convertirse en algo superresistente, que podría rivalizar con los materiales sintéticos, pero que podría eliminarse sin generar productos de desecho nocivos.

"Los compuestos totalmente sintéticos, como el kevlar, se utilizan mucho, pero los procesos de fabricación pueden ser tóxicos y los materiales, difíciles y caros de reciclar. Aquí tenemos un material que es potencialmente mucho más sostenible en cuanto a su origen y fabricación, y que al final de su vida útil puede biodegradarse", explica Robin Rumney, autor del estudio.

Ahora bien, ¿de qué está compuesta la concha de este molusco para ser tan resistente? Según los estudios, esta posee una estructura única que contiene una mezcla de fibras flexibles y apretadas de un material llamado quitina, intercaladas con finos cristales de un mineral que contiene hierro llamado goethita. Es la forma biológica de las fibras de carbono, por así decirlo.

"Tenemos una crisis de plásticos en los océanos ahora mismo, y creo que es una buena simetría que podamos aprender de una criatura marina cómo protegerlos mejor sustituyendo el uso de plásticos por un sustituto biológico", añade.

 

Una vez se ha conseguido casi lo imposible, ahora toca ver sus posibles aplicaciones y su producción en masa, ya que es un perfecto sustitutivo para la fibra de carbono y el Kevlar, que en su fabricación contaminan. Quién sabe si los próximos chalecos antibalas o la protección de algunos vehículos esté formada por este material, en lugar de los que todos conocemos.

"No se trataba de una investigación de alto nivel, en la que las aplicaciones en el mundo real no son evidentes de inmediato, sino de un proyecto casi mágico. Cuando funciona, es cuando la ciencia da lo mejor de sí", termina.

Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.