Cientos de drones surcan el cielo de Nueva York para promocionar Candy Crush

La publicidad avanza a pasos agigantados, y ya no solo la tenemos en los medios tradicionales de toda la vida, sino que también los empezamos a ver en programas de realidad virtual y aumentada, en nuestros videojuegos favoritos y ahora también en sitios impensables como Netflix, y muy pronto también ahí, en el cielo.

Y uno de los grandes inventos en los últimos años han sido los drones, no solo capaces de grabar vídeos espectaculares y siendo protagonistas en la guerra en Ucrania, sino también promocionando cosas en el cielo, como ha pasado con un conjunto de 500 drones que han invadido el horizonte de Nueva York para promocionar Candy Crush, que seguro que tienes instalado en tu teléfono móvil.

En concreto 500 drones ha surcado el cielo sobre el río Hudson en Nueva York el pasado jueves por la noche, en una estrategia publicitaria para mostrar anuncios del juego a millones de residentes, algo que no ha gustado nada entre la población.

Según los responsables de marketing de Candy Crush, este anuncio luminoso ha estado destinado a celebrar el 10º cumpleaños del juego “convirtiendo el cielo en la pantalla más grande del planeta”.

Indignación entre los residentes

Sin embargo, esta enorme publicidad del juego en el cielo ha provocado el desprecio de la población y también de los políticos locales, y no obstante el senador estatal Brad Hoylman le dijo a Gothamist que "es ofensivo para los neoyorquinos, para nuestras leyes locales, para la seguridad pública y para la vida silvestre".

“Creo que es indignante estropear el horizonte de nuestra ciudad para obtener ganancias privadas”, añade.

La empresa responsable de este espectáculo de drones, llamada Pixis, tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos para poder volar sus 500 drones en ocasión de este cumpleaños.

No obstante, tuvieron que despegar los drones desde el Liberty State Park de Nueva Jersey para evitar cruzar a Nueva York, donde la reglas son mucho más restrictivas ante este tipo de dispositivos.

Es probable que en un futuro este tipo de publicidades a gran escala de drones sean algo habitual en nuestras grandes ciudades, y eso puede acabar siendo un problema ético con el que muchos gobernantes van a tener que lidiar.